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Gales sube su apuesta

El ‘XV del Dragón’ vence al cansancio ante Fiji (23-13) y exige a Inglaterra, que dirá adiós si cae el sábado contra Australia

Owens, de Gales, placado por los jugadores de Fiji.
Owens, de Gales, placado por los jugadores de Fiji.DAMIEN MEYER (AFP)

La prensa británica habla de partido banana para definir la tarea a la que se enfrentaba Gales contra los impredecibles fiyianos. Inmunizados ante cualquier mal físico tras derrotar el sábado a Inglaterra con una infinidad de bajas, los galeses han tirado este jueves de pies de plomo, usando el valor del orden, de cada pequeño sumando, para contrarrestar la exuberancia y frescura física del rival. Triunfó el pronóstico y al XV de la Rosa ya no le quedan segundas lecturas: si cae el sábado contra Australia dirá adiós al torneo como víctima del grupo A.

Pocos conocen mejor que Gales lo que supone sucumbir a la locura de Fiyi, que les eliminó del Mundial de 2007 en la fase de grupos. También estaba el riesgo del calendario, el de jugar un partido con tanto que perder cinco días después de haberse elevado en uno con tanto que ganar. Un aspecto tan mental como físico, pues el centro Scott Williams y el ala Hallam Amos se marcharon a casa lesionados, elevando a siete el parte de bajas definitivas de septiembre.

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Los condicionantes, y la atmósfera de un Millenium Stadium de Cardiff que les recibió como héroes, apelaban a un comienzo incisivo, a evitar un partido abierto en el tramo final, cuando el deseo quizás no valga para frenar el debilitamiento de los músculos. Y así empezó George North, deseoso de palpar el oval después de pasarse más de medio primer tiempo en barbecho en Twickenham. Su potencia y habilidad para romper placajes en la defensa rival le valieron una cabalgada imponente por el carril central, casi hasta la línea de ensayo. Se defendió unos buenos minutos Fiyi, pero su sino le acabó pudiendo, moviendo el balón en su propia zona de marca hasta que llegó el placaje galés. Con el balón de vuelta, Gareth Davies, autor del ensayo que desquició a Inglaterra el pasado sábado, aprovechó la enésima fase del pack para estirarse bajo palos.

El deseo galés valió más que los méritos puntuales de Fiyi, porosa en defensa en demasiadas ocasiones. El XV del Dragón, que pudo descalabrar pronto el marcador con un contragolpe franco, tardó en concretar en la zona noble rival, con su apertura Dan Biggar, elevado a icono, gritando sin éxito que le dieran el balón para aprovechar la superioridad numérica. Acabaron ampliando la cuenta los locales en un gesto de inteligencia del delantero Scott Baldwin, que posó el balón entre las piernas de la muralla rival.

Fiyi no entendió definitiva esa desventaja de 17-3 y, aupada por una diferencia física que crecía con el paso de los minutos, gritó de vuelta al partido con un ensayo definitorio en su esencia: jugando a la mano desde su propia 22, rompiendo en pedazos el campo desde la distancia para que Goneva anotara. En momentos así, con el partido separado por apenas cuatro puntos, los detalles valen por años luz. Mientras Fiyi lamentaba dos patadas cómodas marradas por su apertura Volavola, Gales siempre podía contar con el pie de Biggar.

Pese a sus esfuerzos, el cuadro oceánico naufragaba en 22 galesa ante un rival más estructurado. Sin la incertidumbre del campo abierto no había sonrisa fiyiana, cuyo desafío no pasó de potencial. Según se evaporaba el marcador, el XV del Dragón fue caminando sin retorno hacia la certeza de que su hazaña en Twickenham no sería recordada por un tropezón sonado en el siguiente capítulo.

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