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Valencia: un proyecto de 175 millones sumido en las dudas

La crisis de juego y resultados cuestionan las decisiones de Nuno y Lim

Nuno, durante el partido ante el Espanyol.
Nuno, durante el partido ante el Espanyol.Alejandro García (EFE)

Nuno Espirito Santo se escuda en vaguedades y ambiguas respuestas sobre la crisis de juego y resultados que arrastra el Valencia en esta inicio de Liga, con tres empates una victoria y una derrota, la sufrida ante el Espanyol en el Power8 Stadium. Pero Javi Fuego, lejos de la versión oficial del club de Mestalla, cuyo único portavoz es actualmente el técnico portugués, ofreció su versión, extendida en buena parte del vestuario y detectada por la afición che. "Existen dudas. Tenemos malas sensaciones", se atrevió a decir uno de los capitanes del Valencia a la salida de Cornellá-El Prat.

El Espanyol le dio un considerable meneo al Valencia, salvado del ridículo por la gran actuación de Jaume Domenech en su tercer partido en Primera. Paradójicamente, el guardameta castellonense, partía en pretemporada como el cuarto portero, por detrás del lesionado Ryan, Yoel y a la espera de la recuperación definitiva de Alves para principios del próximo año. Un síntoma más de la extraña planificación deportiva del Valencia que en la actualidad recae en Nuno, Lim y Mendes. El técnico portugués presentó ante el Español un once que bien habría podido confeccionar Mendes, con ocho futbolistas de su agencia de representación. El propio Javi Fuego, Jaume y Gayá fueron la excepción de la alineación. En el banquillo aguardaban Negredo, Alcácer y Parejo, mientras Mustafi se quedaba descansando en la capital del Turia.

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Extraña resultó la suplencia de los dos delanteros que se disputan la titularidad, Alcácer y Negredo. Ante el Betis, en el encuentro disputado la anterior jornada, el punta madrileño se quedó en la grada de Mestalla descansando. Con dos goles a favor en cinco jornadas, Nuno optó por Rodrigo en el centro del ataque. El ex del Benfica tan solo anotó tres tantos en la pasada campaña.

En Valencia todo se magnifica. Se abrazó la llegada de Peter Lim, que prometía el maná. No se pusieron reparos a la entrega del banquillo a Nuno. Que Mendes confeccionara la plantilla tampoco se veía con malos ojos. La cartera del representante de los representantes es vasta y lujosa. Los nombres de grandes futbolistas aparecían en las quinielas de los más optimistas valencianistas. Aterrizaron en Mestalla, sin embargo, jugadores con menos púrpura como Negredo, Rodrigo o André Gomes o, en el mercado invernal, Enzo Pérez. Con rendimiento desigual, los nuevos sí que dieron el salto de calidad necesario para que al Valencia le alcanzara para lograr la cuarta plaza (con 77 puntos récord de puntuación), y la clasificación para la previa de la Champions. Todo se dio por válido. El fin justifica los medios. Lo trascendental era que se regresaba a la élite de Europa sin reparar el coste.

El primer desengaño para la afición che llegó con la marcha de Salvo y Rufete en junio. Del director deportivo fueron las contrataciones de Mustafi y Otamendi, por los cuales se pagaron 20 millones de euros. Todo el poder deportivo quedaba en manos de Nuno. Los refuerzos esperados podrían relajar el ambiente de suspicacia. Los fichajes, sin embargo, no despertaron expectación. Santi Mina, Danilo, Bakkali y Ryan son incorporaciones sin apenas bagaje profesional. La marcha de Otamendi al City por 45 millones, en cuya operación de traspaso intervino Mendes, no hizo más que elevar las discrepancias aliviadas con la clasificación para la Champions. A última hora se incorporaron dos centrales a la nómina del Valencia: Santos y Abdennour, ambos de la camada de Mendes por los cuales se ha desembolsado cerca de 40 millones de euros. Desde que Lim es dueño del Valencia, el club de Mestalla ha invertido unos 175 millones de euros. Los 30 millones que se han pagado por Rodrigo han ido a parar a Meriton, la empresa de Lim que poseía los derechos del jugador. La comisión de otros 120 millones los ha gestionado Gestifute, propiedad de Mendes. Las ventas de Otamendi al City y Víctor Ruiz al Villarreal han reportado 48 millones al club de Mestalla.

El mal inicio de temporada saca a relucir los defectos en la planificación de la plantilla y el modo de operar el nuevo Valencia que a pocos convence."No me gusta que los entrenadores y empresarios controlen los clubes", lamentó días atrás Mario Alberto Kempes, embajador en nómina del Valencia en clara alusión a Nuno y Lim, que no tienen ya en quién escudarse. Los éxitos y fracasos del Valencia recaen en el entrenador y el dueño del Valencia.

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