Holanda ya no mezcla bien

Hacía 52 años que Holanda no caía en su casa en un partido de la fase de clasificación de la Eurocopa. Ayer, en un desafío a su lustrosa historia, lo hizo contra Islandia en una noche que culminó con cierta fortuna porque un gol de Letonia en el descuento evitó que Turquía le sobrepasase en la clasificación y le abocase a iniciar con desventaja en la clasificación el partido del próximo domingo en terreno otomano. Holanda lucha, a falta de tres citas, por asegurar la tercera plaza que ocupa en su grupo, que le garantizaría al menos participar en una repesca.

No resultaba sencillo pronosticar este desplome con solo tres victorias en siete partidos de un grupo aparentemente accesible que lideran Islandia y República Checa y en el que Turquía no es ni sombra de lo que fue hace una década, con tan solo siete goles marcados en otros tantos partidos. No se esperaban estos problemas en un equipo que en la fase de clasificación de la anterior Eurocopa encadenó ocho triunfos consecutivos y firmó su pase; la misma selección que dos años después fue la primero del continente en ganarse el pase al Mundial de Brasil.

Allí llegó bajo alguna prevención, con jóvenes sin testar al más alto nivel que despertaban en la liga de su país y generaban alguna inquietud, una mezcla de generaciones que se presentó en sociedad con una goleada a España, que defendía título. Louis Van Gaal, como armador de aquel conglomerado, salió reforzado de aquel torneo, pero también un grupo de futbolistas que se había presentado y que auguraban un nuevo futuro para la selección.

Aquellos chicos de Brasil se curten ahora al más alto nivel. Daley Blind y Memphis Depay son titulares en el Manchester United y el meta Jasper Cillesen sonó durante todo el verano como alternativa a De Gea, De Vrij se fue al Lazio, Janmaat al Newcastle, que acaba de fichar a Wijnaldum por 20 millones de euros, Martins Indi está en el Oporto. Jeremain Lens, al que acaban de llamar a filas para suplir al ayer lesionado Robben, se alinea con el Sunderland.

Siguen obviamente los clásicos, aquellos que estuvieron a punto de coronarse campeones del mundo en Johannesburgo liderados por el extremo del Bayern y Wesley Sneijder, más discutido que nunca. Dos de ellos, Huntelaar y Van Persie se disputan el puesto de delantero y entraron en polémica por un cruce de declaraciones hace unos meses por algún egoísmo ante el gol. Contra Islandia el exdelantero del Manchester United, el máximo goleador de la historia de la selección, fue suplente y al exmadridista lo sustituyeron antes del descanso para ajustar el equipo cuando se quedó en inferioridad numérica.

Holanda se ha caído de forma inopinada. Lo hizo tras la marcha de Van Gaal, del que ya se había anunciado relevo antes del Mundial. El plan consistía en que Guus Hiddink liderase una transición suave hasta 2016 en compañía de Van Nistelerooy y Danny Blind, que sería el encargado de dirigir al equipo hasta el Mundial de Rusia. Las derrotas alteraron los tiempos.

Hiddink se fue antes del verano y Blind, que apenas entrenó durante un año al Ajax hace ya una década y luego ha ejercido en los despachos como director deportivo, tomó el mando. Ayer dejó el Ámsterdam Arena con una silbatina de fondo y en la sala de prensa cargó contra jugadores como Martins Indi y Van der Wiel, expulsado uno y autor del penalti decisivo otro. Y aseguró no arrepentirse de retirar del campo a Huntelaar para armarse con otro central cuando se vio con diez hombres y Robben ya no estaba en el campo. Y terminó con una cruda advertencia. "El primer y segundo lugar del grupo ya no están a nuestro alcance. Debemos centrarnos en asegurar la repesca".

Holanda juega el domingo en Turquía, a la que aventaja en un punto, en octubre viaja a Kazajistán y cierra en casa contra la República Checa, que en teoría llegará ya clasificada. Siete puntos le bastarían para lograr tan tibio objetivo, pero si no los logra, estará muy cerca de una hecatombe.