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Griezmann da una sufrida victoria al Atlético ante Las Palmas

Un gol del francés, en un lanzamiento de falta, deja los tres puntos en el Calderón ante un digno conjunto canario Gran partido de Oblak

Ladislao J. Moñino
Griezmann celebra el gol de la victoria.
Griezmann celebra el gol de la victoria. SERGIO PEREZ (REUTERS)

Mientras este nuevo Atlético termina de engranarse, Griezmann. Mientras logra una circulación de pelota más fluida, Griezmann. El francés se erigió el curso pasado como el valor más seguro en ataque de Simeone y ha iniciado la temporada en el mismo tono. El ruido de los fichajes le ha mantenido en un segundo plano durante el verano, pero cuando ha llegado la hora de la verdad, ahí estuvo para abrir el partido y darle la primera victoria a los rojiblancos. Y cuando hizo falta Oblak, para sacar un balón muy complicado y abajo a Aythami en un barullo en el área pequeña, también emergió el meta.

Griezmann y Oblak, los mismos elementos sobre los que Simeone cimentó el tercer puesto en la recta final de la campaña pasada, volvieron a sostener al Atlético en su estreno. Tuvo fortuna Griezmann en el golpeo del libre directo que ejecutó —la pelota se envenenó tras tocar en la barrera—, pero fue el premio al futbolista local más punzante en los primeros 45 minutos. Suyo fue también un madrugador y acrobático remate.

Hubo más expectación que juego en el Calderón. Ilusionaban al personal colchonero la presencia en el once de Jackson Martínez y Óliver Torres, los dos futbolistas señalados para tratar de cambiar el aire monocorde que desprendió el equipo el curso anterior.

Hay un síntoma preocupante en el delantero colombiano. En lo poco que se le ha podido ver ha recibido más de espaldas a la portería que de frente. En esas circunstancias es dominador desde su hercúlea silueta y es un elemento muy útil. Pero se le va a exigir gol y solo tuvo una posibilidad de remate en la que se anticipó a un centro de Filipe Luis. No tuvo situaciones en las que pudiera mirar a la portería. Fue bien sujetado por los tres centrales que presentó Herrera por sorpresa. El problema fue común. Ni él se buscó espacios, ni el equipo dio con circuitos que favorecieran su potencia o su remate.

Ni siquiera Óliver, que tiene interiorizados sus movimientos de su paso común por el Oporto, le encontró. Al chico se le pasaron las culebras del estómago al pie en sus primeras intervenciones. Dejó detalles, esos giros sobre sí mismo, sus engaños de cintura y algún pase, pero no tuvo el peso en el juego que tan bien manejó en los partidos de pretemporada. A veces, choca con Koke cuando se mete demasiado hacia adentro. Cuando se fue a la izquierda, dio sus mejores pinceladas. Anoche fue titular, pero la cuestión está en saber si Simeone le va a mantener en los partidos de pierna dura. El del Sánchez Pizjuán de la semana que viene, por ejemplo.

Poco más de una hora duraron Óliver y Jackson en el campo. En su lugar, Simeone dio carrete a Torres y Correa buscando un ataque más pasado de revoluciones y más vertical. Coincidió su entrada con un mayor atrevimiento de Las Palmas, que hasta el momento se había limitado a jugar para no encajar un resultado que le tocara su moral de debutante. Decepcionó Araujo, el goleador que le devolvió a Primera. Jonathan Viera tuvo fogonazos. Fueron los hermanos Castellano, Dani y Javi, los más atrevidos y más sueltos con el balón. Una falta lateral en la que la defensa del Atlético se comió la jugada de estrategia diseñada por Herrera, acabó en el larguero. Picó la zaga rojiblanca en el arrastre al primer palo y en el segundo apareció David Simón para astillar el travesaño.

La mejora de Gabi

Respondió el Atlético a ese acoso con revoloteos de Correa y Filipe Luis, pero ya no logró hacerse con el control del juego. Encontró más profundidad en los costados y los explosivos recursos de Correa. Burbujea el argentino en los recovecos donde a otros se les acaba el regate o las ideas. Donde hay pocos espacios tiene atrevimiento y calle para hacer daño.

En esa fase final y en algunas en las que perdía el balón muy rápido por imprecisiones, lo sostuvo Gabi. Parece que el capitán ha recuperado ese tono de apagafuegos que tan importante fue en la consecución del título liguero hace dos temporadas. La pasada, por su presunta implicación en los amaños, fue muy gris. Al menos, durante el verano y anoche se le ha visto con la fuerza suficiente como para que Simeone no tenga que alinear a Koke como mediocentro. También Koke tiene una cuenta pendiente con la temporada anterior. En esta tiene que aprender a convivir con Óliver cuando les toque jugar juntos. Por lo demás, conserva su preciso y dañino toque a balón parado. Una rosca suya en un libre directo sobre el final se fue a la escuadra. Otro parámetro más de siempre del Atlético de Simeone.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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