Cinco claves de la Liga

La nueva etapa del Madrid

La salida de Ancelotti y Casillas, la llegada de Rafa Benítez y la posición de Bale son las señales más nítidas de que el Madrid comienza una nueva etapa. Benítez tendrá que pasar la prueba del peso de la púrpura, de su capacidad para aguantar la presión. Ha trabajado durante la pretemporada para dotar al equipo de una mayor solidez defensiva. Quizá una de las mejores versiones que se la ha visto a un equipo suyo fue la del Liverpool que pasó por encima del Madrid en la Champions, en 2008. Un conjunto muy ordenado, agresivo en la presión y con los conceptos tan claros y tan trabajados en ataque que dibujaron un rodillo muy natural.

Hay que ver cómo maneja Benítez a ese Bale más libre y cuál es la verdadera intención. Si simplemente pretende aumentarle el número de remates o si colocarle en la mediapunta tiene que ver con darle el peso de la continuidad del juego en esa zona. La otra variante que se otea es prescindir de Benzema y darle la punta de ataque a Cristiano y a Bale para formar en 4-4-2. El portero, sea De Gea, Keylor o Casilla tendrá que convivir con la doble presión de ponerse debajo de la portería del Bernabéu y de reemplazar a Casillas.

Los agujeros del Barça y los tres elementos ganadores

Como el Madrid, el Barça hasta ahora no ha fichado a ningún titularísimo por mucho que haya pagado 40 millones por Arda y 17 por Aleix Vidal, que no se incorporarán hasta enero. La marcha de Xavi y Pedro dejan a Luis Enrique sin los dos primeros recambios del equipo que lo ganó todo el curso pasado. No hay un suplente de peso para cualquier ausencia del trío Messí, Luis Suárez, Neymar porque ni Sandro ni Munir se han asentado. La única opción es Rafinha y ninguna de las tres posiciones del frente de ataque es su posición natural. Tampoco Sergi Roberto ha cogido el vuelo suficiente para un relevo como el de Xavi, que estaba destinado a Thiago. Hasta enero, Luis Enrique tendrá que afrontar las tres competiciones y el mundial de clubes con esa sensible carencia. La pérdida de la Supercopa ha destapado agujeros defensivos y un fondo de armario que no ha estado a la altura. Hay tres elementos que unifican al Barça de Rijkaard, Guardiola y Luis Enrique, el toque, la presión alta y Messi. El primero está garantizado por cultura y jugadores. Lograr mantener el segundo es fundamental para el técnico. La presión arriba suele radiografiar a un equipo convencido y muy seguro de sí mismo. Cuando el Barça no la ha tenido, el volumen de títulos ha disminuido sensiblemente. El tercer elemento, Messi, también es definitivo. Si está enchufado, cuando el toque no es suficiente, acostumbra a marcar las diferencias, con goles, regates o asistencias.

Hacia los equipos totales

Si hubo un equipo la temporada pasada capaz de enseñar dos caras según el tipo de partido ese fue el Sevilla de Emery. Dio la sensación de que el equipo podía disputar cualquier tipo de partido cambiando la fisonomía de su centro del campo, ya fuera para jugar al contragolpe, para afrontar duelos físicos o para interpretar el juego desde el dominio del balón. Hacia esa versión de equipo total parece encaminarse también el Atlético de Simeone, que tiene jugadores para llevar la iniciativa o para vivir de las contras. Nuno también ha buscado esa doble versión en el Valencia. En su segunda temporada, el técnico portugués no podrá contar con la ventaja del curso pasado, en la que no participó en competición europea alguna y tenía las semanas enteras para preparar los partidos de Liga. También habrá que ver cómo digiere la marcha de Otamendi, que se había convertido en el líder natural del equipo. En ese segundo vagón también aparece el Villarreal de Marcelino, quizá menos flexible en el estilo que ha cambiado a sus jugadores de ataque. En las bandas ha perdido a Giovanni y a Cherisev para dar entrada a la pareja llegada de Málaga, Samu y Samu Castillejo. Arriba, ha perdido a Vietto para apostar por Leo Baptistao y Soldado. El crecimiento de estos equipos puede generar una Liga menos definida en la lucha por el título en la medida que le puedan quitar puntos a Madrid y Barça. Al primero, los seis puntos que perdió ante el Madrid le costaron el título.

El foco en:

Óliver Torres: Una de las sensaciones de la pretemporada. Ha regresado de su cesión en el Oporto. No partía en el grupo de titulares de Simeone, pero ha convencido al técnico argentino para iniciar de salida el campeonato. Le ha dado continuidad al juego ofensivo y muchas pinceladas de clase.

Asensio: El gran descarte de Benítez. Su verano ha sido ilusionante para el madridismo, que lo verá desarrollarse en el Espanyol. Una técnica depurada y una capacidad para armar juego impropia de un chico de su edad.

Arda: Cuando pueda incorporarse en enero, se le medirá su capacidad para adaptarse a un estilo que él mismo siempre ha confesado que le embaucaba.

Van der Vaart: Un veterano que puede dar juego al Betis. A sus 31 años llega para jugar en el sur, donde radican sus raíces. No es el Cádiz, el equipo de sus abuelos, pero tiene los aditivos que convierten a los grandes peloteros en una mezcla de ídolos y leyendas.

Konoplyanka: Desborde y velocidad para el Sevilla de Emery. Un futbolista que puede ayudar a darle un salto cualitativo para poder estar cerca de los tres grandes.

Valerón: A sus 40 años tiene la oportunidad de demostrar que todavía puede hacer jugar a su equipo andando. Esta sí parece su última temporada y probablemente cada estadio que visite se convierta en un homenaje a su manera de entender el juego.

Areola: El Villarreal se ha hecho con los servicios de uno de los porteros jóvenes con más proyección de Europa. A sus 20 años, y con 1,90 metros muchos le ven como un clon de Courtois.

Betis, Las Palmas y Sporting: Tres históricos y tres estadios que regresan para darle solera al campeonato.