Jackson Martínez: “No tengo presión por lo que pagaron por mí”
El segundo fichaje más caro del Atlético, se presenta ante un Calderón entregado
Tiene cara de pocos amigos. Es alto, intimida y sabe cómo hacerlo. Jackson Martínez aparenta ser un hombre sin miedo, por eso fuerza una mirada desafiante, de esas que en el área derriten conciencias. Sin embargo, los que le conocen dicen que es una persona profundamente pacífica a la que de entrada le cuesta un poco integrarse. Tras ese primer impacto, es todo entrega. Ayer, en la sala VIP del Vicente Calderón, la primera vez que utilizaba esta temporada para presentar a un jugador del Atlético de Madrid (los anteriores habían sido en la Ciudad deportiva ya que la celebración de varios conciertos había estropeado el césped), Jackson entró con un gesto similar al que anunciaba su foto en una pantalla gigante. Estampa seria, ojos ligeramente entreabiertos, mandíbula prieta, todo por encima de una camisa de manga corta a cuadros de la que sobresalían unos bíceps imponentes.
“Traigo ganas y deseos de hacer un excelente papel y retribuir esa confianza que el presidente y la directiva me ha brindado”, dijo de entrada, sentado sobre un taburete a todas luces pequeño bajo esas piernas gigantescas, ante una sala de prensa abarrotada. En primera fila su mujer y sus dos niños. La pequeña, la única que le aguantaba la mirada y soltaba algún grito. “La pasión, el valor y la resistencia definen el carácter colombiano”, añadió en su discurso un Enrique Cerezo satisfecho, porque sabe que lo que ficha tiene de sobra. “¿Te atreverías a dar una cifra de goles que marcarás esta temporada?”, le preguntaron. “Eso es como si yo te preguntara por cuantas entrevistas vas a dar tú durante todo el año”, respondió Martínez, rápido en la repregunta, que dejó sin palabras a su interlocutor. “Estoy seguro de que llegarán”, zanjó.
Si había algo por lo que el colombiano sabía que sería preguntado era por el desembolso del club en su fichaje (35 millones de euros), solo superado por el de su compatriota Falcao (40). “La única presión que puedo tener es dar el cien por cien en cada entrenamiento y partido. No hay presión por el precio, independientemente del esfuerzo que hayan hecho por mí contratación hay un mutuo consentimiento por lo que el club sabe qué puede obtener de mí”, respondió el jugador. “Vine aquí porque su oferta fue la más seria que recibí y eso para mí es muy importante”, convino.
Ya de corto y ante unos cerca de 15.000 espectadores que dieron al Calderón el aspecto más amarillo que jamás haya tenido, Jackson, que lucirá el número 11 (heredado de Raúl Jiménez, a punto de salir), recibió los aplausos de una afición que espera mucho de él. “Simeone es trabajador, demasiado trabajador”, confesó. El argentino también espera mucho de él. Y así no hay manera de dejar de fruncir el ceño.
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