España se estrella contra Rusia y no escapa del infierno en la Copa Davis
Las caídas de Robredo (6-3, 5-7, 6-2 y 7-6 ante Donskoy) y Andújar (6-4, 7-6 y 6-3 con Rublev) obligan al equipo de Conchita a una serie con Dinamarca para mantenerse en Segunda
La mañana comenzó mal... y terminó peor, mucho peor. Ni Tommy Robredo ni Pablo Andújar fueron capaces de resolver sus respectivos compromisos frente a Evgeny Donskoy (6-3, 5-7, 6-2 y 7-6) y Andrey Rublev (6-4, 7-6 y 6-3). Las derrotas, unidas a la de ayer en el duelo de dobles, condenan así a España, que empezó dominando el viernes la serie frente a Rusia con dos victorias en los dos primeros partidos individules, pero que terminó cediendo la eliminatoria por 3-2. La caída tiene una doble consecuencia: el equipo capitaneado por Conchita Martínez ya no solo se despidió del playoff por el ascenso al Grupo Mundial, sino que además se ve abocada ahora a medirse a Dinamarca (18 al 20 de septiembre) para intentar permanecer en el Grupo I (la Segunda División).
La caída frente a Rusia supone la prolongación de un año terrible para el tenis español. Después de descender el año pasado a la Segunda División de la Copa Davis, merced a la derrota frente a Brasil en São Paulo, llegó la zozobra institucional, resuelta con la inhabilitación sine die del expresidente José Luis Escañuela y la destitución fulminante de Gala León en el banquillo. Fernando Fernández-Ladreda tomó las riendas de la Federación y concedió la capitanía a Conchita Martínez, que apenas tuvo 10 días para armar un equipo competitivo para acudir al cruce ruso de Vladivostok.
Allí, a más de 13.000 kilómetros de España, todo comenzó muy bien. Los triunfos de Robredo y Andújar, frente a Rublev y Karen Khachanov en la jornada de apertura del viernes, encarrilaron la eliminatoria; sin embargo, el sábado España volvió a ceder en el duelo del dobles y este domingo ocurrió aquello que muy pocos intuían, las derrotas de Robredo y Andújar. El primero se topó con un inspiradísimo Donskoy, 178 del mundo y que pese a tener mucha menos experiencia y pedigrí que el de Hostalric le arrolló a base de derechazos.
El batacazo en Vladivostok supone la prolongación de la decadencia y un año negro para el tenis español
En un principio iba a ser Khachanov quien saltase a la pista, pero el seleccionador ruso, Shamil Tarpischev, maniobró y finalmente apostó por un cambio de fichas. Donskoy abrió turno con Robredo y sometió al catalán a una lluvia de ganadores (58 frente a 22). El chico de Moscú no le dejó en ningún momento pensar ni pelotear; abrió la pista,encontró los angúlos y jugó con la osadía necesaria para paliar la presión implícita un duelo que podía haber sido terminal para su equipo.
Robredo (33 años y 21 del ránking) no aprovechó las escasas opciones de las que dispuso, esas tres bolas de set que podían haber forzado un quinto. No lo hizo, como tampoco fue capaz de remontar Andujar después. Cierto es que el español, 32 del mundo, tuvo enfrente a un jovencísimo jugador que si no se deja llevar y ordenas sus ideas puede escribir un brillante porvenir. Rublev, 17 años, verdugo este año de Fernando Verdasco o Pablo Carreño, entre otros, completó la hazaña rusa. Dominó de principio a fin y supo amortiguar bien los golpes, de ahí que salvase dos bolas de set en el segundo parcial y voltease un 3-0 adverso en el tie-break de esa misma manga.
De una década esplendorosa a la obligación de esquivar la Tercera. Quién ha visto y quién ve a España
Consecuencia final, el batacazo español en Vladivostok. España no estará en el sorteo del próximo martes del playoff por el ascenso a la élite y se encontrará ahora con Dinamarca (18 al 20 de septiembre) para intentar frenar la caída libre. Si vence, seguirá en el Grupo I; de lo contrario llegaría un nuevo cruce en octubre para evitar la Tercera División del tenis mundial. España, cinco Ensaladeras (2000, 2004, 2008, 2009 y 2011) y un pasado reciente de lo más esplendoroso en la Copa Davis; ahora, intenta huir del infierno, pero no puede. De la gloria del Sant Jordi en 2000 al tempestuoso viaje al extremo oriental ruso.
España, quién le ha visto y quién la ve.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.