Los tenistas españoles firman una incendiaria carta contra Escañuela

En Londres, por eso de no perder las viejas costumbres, lluvia, viento y nubes, muchas nubes. También, un recordatorio. Cuando uno asciende la bocana del metro en Southfields, preámbulo al bucólico complejo de Wimbledon, al suroeste de la metrópoli, una ráfaga de mensajes pone en situación al huésped londinense. “The perfect start awaits (El comienzo perfecto le espera)”, reza un cartel longitudinal y enorme, continuado con una serie de flashes de menor tamaño: Tradition awaits, History awaits, Nation awaits (La Tradición le espera, la Historia le espera, la Nación –vaya peso el que soporta el escocés Andy Murray, pobre– le espera).

Bienvenidos a Wimbledon, el paraíso verde del tenis. Porque, sí, pese a que en los últimos tiempos la información sobre este deporte en España verse más que nada sobre pleitos, querellas o registros, sobre el desencuentro absoluto entre la Federación y la capitana del equipo de la Copa Davis, de un lado, y los jugadores y el Consejo Superior de Deportes (CSD), de otro, el tercer grande de la temporada abre hoy sus puertas. Y lo hace con numerosos interrogantes. En el aire, incógnitas en torno a Rafael Nadal, alrededor de Novak Djokovic; los más románticos se preguntan por Roger Federer, sobre si entonará la octava Traviatta en su torneo fetiche; y existe morbillo por saber si Serena Williams es capaz de dar otro paso hacia el Grand Slam, amén de todas las sorpresas que pueda deparar la hierba.

Estos últimos condimentos, que no son pocos, como alicientes estrictamente deportivos. Pero ayer, en un día grisáceo y desapacible, muy british, una nueva secuencia en el caso que deja en paños menores al tenis español, de arriba abajo. Una misiva rubricada por 32 jugadores, jugadoras y técnicos, con el objetivo de “tratar el deterioro y situación actual”. En el escrito, de siete puntos, critican de forma directa la gestión del presidente José Luis Escañuela, inhabilitado durante un mes por el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). Se alegan, entre otras cosas, “nula comunicación”, “falta de transparencia”, “carencia de planificación”, “la mala gestión de la marca Tenis España” o “el liderazgo caótico y beligerante del Sr. Escañuela”.

Santana, Bruguera, Ferrero, Moyà o Corretja respaldan la misiva, que denuncia el “liderazgo caótico y beligerante" del presidente

En la carta, dirigida “a todas las federaciones territoriales, clubes y en general a todos los amantes del Deporte y del tenis, en especial”, destaca el nutrido apoyo de las tenistas (con Carla Suárez y Garbiñe Muguruza a la cabeza), así como la ausencia del nombre de Gala León. Asimismo, cuenta con las firmas de leyendas del tenis español, como Manolo Santana, Sergi Bruguera, Juan Carlos Ferrero, Carlos Moyà o Alex Corretja. Todos ellos solicitan “a las autoridades competentes y las federaciones territoriales” que, “con la mayor celeridad posible, actúen con la debida autoridad y responsabilidad”.

Fue el broche nocturno a una jornada en la que previamente, por la tarde, la seleccionadora Gala León había presentado su dimisión en Londres ante la presidenta federativa en funciones, Olvido Aguilera. También había telefoneado a Escañuela, pero ninguno de los dos aceptó la renuncia. Así lo confirmaron fuentes de la Federación a este periódico. Hoy, la capitana tiene previsto coger un vuelo de regreso a Madrid.

“Se ha montado un show, un espectáculo lamentable. Me fastidia que nos tachen de peseteros a los tenistas y de falta de implicación gente que está lejos de haber hecho algo por el tenis español. No entienden que ellos nos necesitan, no nosotros a ellos”, exponía el sábado el propio Nadal, 10 del mundo, doble campeón (2008 y 2010) de una cita en la que hay que rebobinar hasta 2002 (Lleyton Hewitt) para encontrar un ganador ajeno a la cuádruple corona (Nadal, Federer, Djokovic y Murray).

Ayer, poco antes de la hora del té, los jugadores, jugadoras y técnicos se reunieron en un restaurante del complejo para comenzar a dar forma al texto. Del encuentro trascendieron muy pocos detalles, porque nadie quiso decir ni confirmar nada; y desde el estamento federativo, más allá de lo emitido en la rueda de prensa que convocó la semana pasada en Madrid, nada de nada. Silencio absoluto. Teléfonos apagados o la omisión como respuesta. Este periódico ha intentado ponerse en contacto con todos sus representantes, en reiteradas ocasiones, sin éxito.

En el texto destaca el nutrido apoyo de las tenistas, así como la ausencia del nombre de la seleccionadora

Entre la tempestad y la bronca, que se resuelva a golpe de tuit, esperpento, ocultismo y misterio, aparece ahora Wimbledon como una buena vía de escape para una situación tan putrefacta y enquistada. Todo a punto en el All England Tennis Club. El blanco riguroso de los uniformes, fresas con nata a porrones, la tupida ladera de The Hill. También los más fuertes del circuito. Eso sí, aterrizan por vías muy diversas. Mientras Federer (Halle), Murray (Queen’s) y Nadal (Sttugart) apuraron su preparación con triunfos sobre el verde, Djokovic trató de olvidar su derrota en la final de Roland Garros, frente a Stanislas Wawrinka, en las aguas de Ibiza.

En un curso muy difícil, el de Manacor contempla el major británico sin ansiedades; con exigencia, pero sin la presión atmosférica que le rodeaba en París. Debutará mañana contra el brasileño Thomaz Bellucci, 41 en la ATP, zurdo como él. Y en el trayecto estarían, en teoría, Murray (cuartos), Federer (semifinales) y Djokovic. “Estoy en un buen momento. De momento, estoy feliz de estar aquí. Ganar o perder no importa tanto; lo que de verdad importa es que estoy sano”, señaló. En los últimas tres ediciones, el español no superó la barrera de los octavos.

Entre las chicas, casi todos los caminos conducen a Serena. La estadounidense, cinco veces laureada en Londres (2002, 2003, 2009, 2010 y 2012), ya levantó los dos grandes previos (Australia y Francia). “No siento la presión”, afirma la número uno. En las semifinales podría cruzarse con Maria Sharapova. Mientras, Carla Suárez (10 en la WTA) y Garbiñe Muguruza (20) aspiran a confirmar la buena salud del tenis femenino.