Demoledor informe del antidopaje danés sobre Bjarne Riis
Una investigación con 50 testigos considera probado que el técnico alentó el consumo de sustancias prohibidas como director del CSC
El documento titulado Informe sobre el dopaje en el ciclismo danés (1998-2015) que hizo ayer público la agencia antidopaje danesa son 96 páginas que, en realidad, deberían titularse algo así como Las andanzas de Bjarne Riis como director del CSC.
Esas páginas incluyen la afirmación de que el danés no solo conocía que los ciclistas de su equipo se dopaban y no hizo nada por evitarlo, sino que, además, alentaba el dopaje y, asistido por sus ayudantes Alex Pedersen y Johnny Weltz, colaboraba en su organización.Hace varios años, Riis confesó que se dopó con EPO cuando ganó como ciclista el Tour de 1996.
“Si no fuera porque los hechos han prescrito [sucedieron hace más de ocho años], tendríamos pruebas para acusarle de violación del reglamento antidopaje”, dice el informe, una conclusión que, casi tres meses después, justifica la decisión de Oleg Tinkov de despedir a Riis como mánager de su equipo, el Tinkoff -Saxo. El Tour comienza dentro de 10 días: si Riis hubiera seguido siendo el jefe del equipo de Alberto Contador, el ciclista español, y sus aspiraciones de victoria, habría sufrido una profunda desestabilización.
El informe, a imagen y semejanza del de la agencia antidopaje norteamericana que acabó con Lance Armstrong, se inició partiendo de las confesiones de un arrepentido, el ciclista Michael Rasmussen. Durante dos años y medio, sus afirmaciones-acusaciones se contrastaron con entrevistas a 50 personas, entre ciclistas y personal que trabajó en el CSC para establecer algunas verdades poco sorprendentes: Riis sabía que Eufemiano Fuentes organizaba el dopaje sanguíneo de Tyler Hamilton, líder del CSC; Riis pidió a su corredor Bo Hamburger que le suministrara EPO a su compañero Jörg Jacksche; en el CSC había un consumo generalizado de corticoides sin justificación médica; Riis sabía que otros corredores, aparte de Hamilton, Jacksche y Hamburger, como Rasmussen, se dopaban; Weltz, ahora director en el Cannondale, compraba EPO en Andorra para almacenarla en un apartamento de Luxemburgo de donde disponían de ella algunos corredores.
Del CSC formaron parte en la primera década del siglo grandes nombres del ciclismo: Ivan Baso (implicado y castigado por la Operación Puerto), Fabian Cancellara, los hermanos luxemburgueses Fränk (quien no participará en el próximo Tour) y Andy (retirado a los 28 años) Schleck, Jens Voigt y el español Carlos Sastre, quien, dirigido por Riis, ganó el Tour de 2008.
Sastre dijo no
Uno de los entrevistados, un corredor anónimo, cuenta que en 2008 Riis le dijo a Carlos Sastre unos días antes de su Tour victorioso que aún se podían usar bolsas pequeñas de sangre, que sabía que otros equipos las usaban. Según el acusador, el enfado de Sastre por lo que entendía como una propuesta deshonesta le llevó a abandonar el CSC el año siguiente. A los investigadores, Riis les dice que sus palabras fueron malinterpretadas, que se trataba de proporcionarle al español una información, no de una sugerencia, y que lo aclaró con el propio ciclista unos meses después, discutiendo acalorados en la Vuelta. Sastre dice no recordar nada de aquello. “Me fui del CSC porque quería acabar mi carrera con otra filosofía, en el Cervélo”, dice el ciclista de Ávila. “Sí que discutí con Riis, pero fue porque él me acusó de querer reventar su equipo. Me enfadé muchísimo y así se lo dije a Riis y hasta di una conferencia de prensa aquella Vuelta para hacer público mi enfado”, dice Sastre.
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