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EL CÓRNER INGLÉS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El casino de los fichajes

Bale, durante el partido ante la Juventus
Bale, durante el partido ante la JuventusAlex Livesey (getty)

"Wall Street va a colapsar." Mourinho esta semana ante la apertura del mercado de futbolistas

Uno de los placeres de la FIFA Playstation es que uno puede jugar a ser Dios o, a lo que más se aproxima en este mundo a una divinidad todopoderosa, a ser presidente de un club de futbol. El juego le permite a uno no solo disputar partidos de fútbol virtuales sino también armar sus propios equipos fichando y vendiendo jugadores. A algunos niños les gusta esta dimensión comercial del juego tanto o más que marcar goles. Son los que apuntan a ser grandes empresarios.

En el mundo real ocurre algo parecido pero al revés. La dinámica se invierte: cuando los grandes empresarios llegan a ser presidentes de clubes trafican con futbolistas utilizando procesos mentales similares a los de los niños cuando juegan a "la Play". Y, por supuesto, cuanto más dinero tienen disponible, más caprichos se dan.

"Ese sí que me gusta. Es el mejor de la Premier. Me lo compro. Ese también: marcó un golazo en el Mundial. ¡Ah! ¿Hay que vender a algunos de los nuestros para poder ficharles? Vale. Pues me cae mal aquel, y además no me gustan sus tatuajes, así que, ¡fuera! A ver…¿quién más?"

Cuando los grandes empresarios llegan a ser presidentes utilizan procesos mentales similares a los de los niños jugando a "la Play"

Ahora que se acaban las ligas europeas empieza el deporte veraniego - el gran casino -- de los fichajes: los jefes de los clubes hacen sus apuestas y los aficionados se aferran al sueño de que acierten, de que llegará el crack redentor - el entrenador, el goleador, el centrocampista de hierro -- capaz de compensar las miserias de la temporada anterior. Varios grandes clubes han sufrido decepciones - el Manchester United, el Manchester City, el Real Madrid, el Bayern Munich - y lo que se avecina, como ha pronosticado Mourinho, son tres meses de locura: rumores, especulaciones, engaños, negociaciones de infarto, gastos absurdamente desproporcionados. Algunos clubes elegirán bien, otros harán el ridículo y lo determinante en casi todos los casos será el factor fortuna. Esto es la ruleta. Con contadas excepciones, nadie sabe de antemano si los nuevos fichajes mejorarán al equipo, o si los descartes lo empeorarán; tirarán dinero como confeti, con los ojos cerrados, porque nadie sabe medir el valor de un jugador.

Di María posa con la camiseta del United junto a Van Gaal el día de su presentación
Di María posa con la camiseta del United junto a Van Gaal el día de su presentación

Y por eso pasan a la historia disparates como la compra por casi cien millones de euros del galés Gareth Bale; la venta por un precio récord inglés de Ángel Di María por un club que lo necesitaba, con quien ganó la tan deseada Champions, a otro donde no ha rendido nada y ya lo quiere vender; la incomprensible decisión del Barcelona de prácticamente regalar a Thiago Alcántara al Bayern; la del Madrid de quitarse de encima al holandés Arjen Robben; la del United de vender al lateral Patrice Evra, que en tres semanas disputa la final de la Champions con la Juventus, y remplazarlo con Luke Shaw, que costó 40 millones y no juega nunca.

Este verano podemos esperar más de lo mismo. Ya tenemos nuestros temas de conversación. ¿Florentino Pérez habrá perdido la paciencia con su amado galés? ¿Carlo Ancelotti dejará el Real Madrid, que se gastó 160 millones de euros en fichajes el verano pasado y después tuvo una peor temporada que la anterior, y remplazará al ingeniero Manuel Pellegrini en el Manchester City, que se gastó 120 millones y también fracasó? ¿Y quién vendría al Madrid? ¿Klopp, Zidane, el Tata Martino?

Suárez, Neymar y Messi celebran un gol del Barça
Suárez, Neymar y Messi celebran un gol del BarçaVicens Gimenez

Esta última opción será poco viable pero, no lo duden, imbecilidades igual de inverosímiles se propondrán. El viernes el Daily Mail, el diario de más tirada en el mundo occidental, sugirió que Messi, Suárez y Neymar podrían irse al Chelsea o al Paris Saint Germain. En este plan, ¿qué tal si el Madrid vende a Cristiano Ronaldo ya mientras puedan convencer a algún jeque que pague cien millones por él, antes de que se vaya por 10, en un par de temporadas, a Los Angeles Galaxy o al Milan?

Todo es posible en el casino de los fichajes. Ciencia no hay ninguna. A la hora de identificar a los buenos o a los mediocres, los que encajan en los equipos y los que no, o de saber qué precios son sensatos, cuáles son una barbaridad, hay más errores que aciertos. Los presidentes no saben más que los entrenadores, los entrenadores no saben más que los aficionados, pero lo mejor de todo es que nadie sabe más que el niño de diez años que juega a la Play.

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