Boca-River, del fútbol a la guerra química
El partido de vuelta de octavos de la Libertadores en la Bombonera ha sido suspendido tras una hora y trece minutos de confusión
Todo el mundo sabía que iba a pasar algo. El tercer Boca-River en dos semanas, el partido de vuelta de los octavos de la Copa Libertadores, el definitivo, no podía ser un partido normal. Pero nadie imaginó que llegaría tan lejos.
El partido del año en Argentina se suspendió porque un tipo encapuchado logró introducir gas lacrimógeno en la manga que en teoría debía proteger la salida de River a uno de los campos más peligrosos del mundo.
Los dirigentes de River salen al campo a decidir si se suspende escoltados por la policía pic.twitter.com/DrGyemSH3P
— Carlos E. Cué (@carlosecue) May 15, 2015
Durante más de una hora se intentó de todo para volver a jugar, pero varios futbolistas de River seguían con los ojos rojos y muy afectados. El partido se suspendió pero buena parte de la hinchada de Boca no quería irse del campo de ninguna manera. Se quedaban para abuchear a River, para tirarle de todo. Después de una hora, al policía intentó sacar a River. Imposible.
Caía de todo mientras los miles que aún seguían en el campo gritaban como locos. "Aserrín, aserrán, de la Boca no se van". Bengalas, botellas, y hasta un dron con la camiseta de River y una b para burlarse de su descenso aparecieron en el estadio que rompió así cualquier norma de seguridad.
Una parte minoritaria del público comentaba el "papelón" también internacional que estaba haciendo el fútbol argentino. Pero la mayoría del estadio parecía disfrutar más de la situación que de un partido normal que en ese momento iba 0-0 sin mucho brillo. La megafonía intentaba inútilmente convencer a la gente de que se fuera. No había manera.
Varios jugadores de River siguen muy afectados por el gas. La Bombonera les reta. "No quieren jugar, si no juegan, de la Boca no se van"
— Carlos E. Cué (@carlosecue) May 15, 2015
El árbitro argentino Darío Herrera anunció la suspensión del encuentro pero no añadió detalles sobre la suerte del encuentro que decidirá un clasificado para la fase de cuartos de final contra el Cruzeiro brasileño.
River salió del partido entre una lluvia de botellas. Boca salió entre aplausos y los jugadores, a su vez, aplaudían a la grada.
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