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Kirilenko quiere su Euroliga

El jugador regresó de la NBA para ganar el título con el CSKA de Moscú

Alejandro Prado
Kirilenko machaca en un encuentro ante el Panathinaikos.
Kirilenko machaca en un encuentro ante el Panathinaikos.ANGELOS TZORTZINIS (AFP)

En el otoño de 2011 la NBA echó el cierre patronal y el inicio de la liga se pospuso. Algunos de sus jugadores miraron hacia Europa buscando un equipo temporal con el que ponerse a punto y ganar algún dinero. Rudy Fernández empezó la temporada con el Madrid, Ibaka también disputó unos partidos con el conjunto blanco, Splitter estuvo en Valencia, Batum en Nancy… y hasta una superestrella como Deron Williams aterrizó en Turquía. Cuando se arreglaron los asuntos en la gran liga americana -antes de la Navidad de ese año- los jugadores regresaron a Estados Unidos.

Pero Andrei Kirilenko (Izhevsk, URSS, 1981) permaneció en el CSKA de Moscú, el equipo de su juventud, del que salió cuando era muy joven para jugar en los Utah Jazz y comenzar una próspera carrera en la NBA. El alero ruso prefirió quedarse y afrontar el reto de conquistar la Euroliga. Se convertía así en el líder de un conjunto forjado a golpe de rublo: solo el quinteto inicial (Teodosic, Siskauskas, Kirilenko, Khryapa y Krstic) percibía más de 11 millones de euros en salarios.

En 2012 renunció a volver a EEUU para luchar por el título pero cayó ante Olympiacos

Todo lo que no fuese un triunfo del CSKA en aquella Euroliga de 2012 se consideraba una sorpresa descomunal. El cuadro ruso solo perdió dos partidos en todo el trayecto a la Final Four de Estambul y Kirilenko fue el MVP de la competición. Todo transcurría según el libreto. Hasta que en el partido final se cruzaron Spanoulis, Printezis, Papanikolau y los otros irreductibles del Olympiacos para remontar 19 puntos y dejar a Kirilenko sin el trofeo que había venido a buscar.

El jugador ruso regresó a la NBA, a los Minnesota Timberwolves. Atrás quedaron 10 temporadas en los Utah Jazz, donde llegó en 2001, en los estertores de la época de Stockton y Malone. Tras la marcha de estos, Kirilenko asumió galones en un equipo joven y se convirtió en all star en 2004. El último contrato que firmó con la franquicia de Salt Lake City le reportó casi millones de dólares.

"Es el jugador más completo que he visto. Hace de todo y todo bien", dice Raúl López

En sus primeros años en Utah, el ruso coincidió con Raúl López, quien llegó a la franquicia en 2002 y pasó el primer año recuperándose de una grave lesión. "Era muy cercano, buen compañero. En mi caso, me ayudó mucho para integrarme, sobre todo los meses que estuve parado. No tenía ningún deje de estrella, algo muy común en la NBA", recuerda el ahora base del Dominion Bilbao.

AK-47, el apodo que se le puso debido a sus iniciales y el número que lucía en su camiseta, se convirtió en una estrella de la liga, en uno de esos baloncestistas capaces de hacer de todo y todo bien. "Pocas veces he visto a un jugador capaz de dominar todas las facetas del juego como él hacía", destaca Raúl López, "anotaba, reboteaba, asistía, taponaba, robaba balones… Uno de los más completos de la historia. Y no es que lo hiciese un día, lo hacía todos".

Kirilenko regresó a Moscú el pasado mes de febrero tras ser cortado por Philaelphia, equipo al que fue traspasado por los Brooklyn Nets. Refuerzo de lujo para un equipo lujoso ya de por sí que el viernes abre la Final Four ante Olympiacos, ese recuerdo tenebroso de hace tres años. Pero Madrid también evoca la gesta que protagonizó la selección rusa en 2007 ante una selección española en plenitud. Aquel triunfo en ese Eurobasket ha sido hasta ahora la mayor conquista de Kirilenko. Este fin de semana quiere revivir la gloria en el Palacio.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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