Nishikori encabeza la revuelta
El japonés, que debutó con victoria, lidera un grupo de jugadores que deben ser el relevo de los tres grandes
Kei Nishikori lleva ya algunos años desfilando por el circuito profesional de tenis. Entró en el ATP Tour en 2008 y su evolución no fue sencilla ni rápida. A pesar de nacer en Japón (en Shimane), se trasladó a Estados Unidos para realizar su formación tenística en la Academia de Nick Bollettieri. Una decisión que tomó cuando a los 11 años disputó un partido contra Michael Chang en un acto benéfico en Tokio. Fue el excampeón de Roland Garros quien le aconsejó viajar hasta Florida. Lo hizo a los 14 años. Y su vida cambió de forma radical.
Ahora, Nishikori es el número cinco del mundo y el primer cabeza de serie del Open Banc Sabadell. Este martes debutó en el torneo como actual vigente y se impuso con claridad a uno de los jugadores que generan más expectativas en el circuito, el ruso Teymuraz Gabaschvili, por 6-3, 6-4. A Nishikori, finalista el año pasado en el Abierto de Estados Unidos, le costó llegar. Tiene 26 años. Pero se ha consolidado como el líder indiscutible de un grupo de jugadores que deben tomar el relevo de los tres grandes, Novak Djokovic, Roger Federer y Rafael Nadal.
Al japonés, de 26 años y finalista el año pasado en el Abierto de Estados Unidos, le costó llegar a la élite
En este grupo se mueven algunos jugadores de entres 25 y 27 años, pero que han llegado muy tarde a su mejor nivel. No han sido precoces. Es el caso del croata Marin Cilic (10º mundial), campeón del abierto americano el año pasado, el canadiense Milos Raonic, el suizo Stan Wawrinka o el ruso Grigor Dimitrov. A un segundo nivel se mueven tenistas talentosos, que han tenido excelentes progresiones pero que sufren para consolidar sus posiciones de privilegio: Ernest Gulbis, Fabio Fognini o las jóvenes promesas Martin Klizan y Nick Kyorgios.
Algunos de ellos están ahora en Barcelona y ofrecen un buen abanico del tenis del futuro. El ruso Andrey Rublev, de 17 años, que eliminó de forma sorprendente a Fernando Verdasco por 7-6, 6-3 es un buen ejemplo. “Vine porque me lo pidió Albert Costa”, comentó un decepcionado Verdasco. “No me ha sorprendido su actitud [Rublev], sino lo maleducado que es a los 17 años”. El ruso le respondió: “Si Cristiano Ronaldo celebra sus goles, por qué no voy a hacerlo yo. Pero entiendo que se pueda sentir molesto por haber perdido ante un chico de mi edad”.
Entre los españoles, el único que parece sólido en este grupo que pretende hacer la revolución en el tenis actual es Roberto Bautista
Entre los españoles, el único que parece sólido en este grupo que pretende hacer la revolución en el tenis actual es Roberto Bautista, que superó a Thomaz Bellucci. El castellonense, de 27 años, dio un salto espectacular en 2014 cuando saltó del 73º lugar al 15º en la clasificación mundial después de conseguir sus únicos triunfos en Hertogenbosch y en Stuttgart. Este año comenzó a trabajar con Javier Piles, pero los resultados no llegaban y su unión duró poco más de dos meses. “El problema ahora es que Bautista debe consolidar su juego y creerse realmente que puede estar entre los 15 primeros”, comenta gente de su entorno. No es solo el suyo.
Es el mismo planteamiento que se están haciendo algunos de los jugadores que juegan un tenis demoledor, pero que necesitan imperiosamente que lleguen los resultados. Y eso se logra cuando la mente, la confianza y el físico encuentran su equilibrio.
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