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El cóctel de Djokovic

El número uno eleva su cuarta corona en Indian Wells, su 21º título de un Masters 1.000, después de vencer a Federer (6-3, 5-7 y 6-2) en un pulso de mucha intensidad psicológica

Alejandro Ciriza
Djokovic besa el trofeo de Indian Wells.
Djokovic besa el trofeo de Indian Wells.Mark J. Terrill (AP)

En el desierto de Palm Springs, un arrebato de furia. ¡Zas, zas! Novak Djokovic, número uno del mundo, estrella con violencia su raqueta contra el asfalto y la parte. Es la vía de escape al tortuoso ejercicio psicológico al que le somete Roger Federer, un jovenzuelo de 33 años que le lleva al límite. La escena supone un punto de inflexión definitivo. El serbio se templa, corrige el rumbo y vence por 6-3, 5-7 y 6-2. Reedita el triunfo del año pasado en Indian Wells, también contra el suizo. Es su cuarta corona en el torneo californiano —ya se había adjudicado las de 2008, 2011 y 2014—, su 21º título de un Masters 1.000 —sólo Lendl (22), el propio Federer (23) y Nadal (27) suman más que él—, el 50º de su carrera. Es, igualmente, una exhibición de fuerza. A día de hoy, él es rey, el hombre a batir. Ya lo demostró en enero, al conquistar el primer grande en Australia.

Se desliza sobre el asfalto como sólo él sabe, como un patinador sobre el hielo, con esos dos zancos que le permiten abarcar toda la pista

Cuando eleva la bola y arma el brazo, prende la mecha del espectáculo. Una pirotecnia estética de golpes deliciosos. Djokovic se desliza sobre el asfalto como sólo él sabe, como un patinador sobre el hielo, con esos dos zancos que le permiten abarcar la pista como si actuase sobre un palmo. Ataca con su revés a dos manos y recibe la réplica a una sola, marca de la casa, del eterno Federer. No cede ninguno. A cada proposición le sucede una respuesta aún más contundente. El duelo, lo saben, es hoy día una cuestión jerárquica. El uno, 27 años, otea desde la cima; el otro, camino de los 34, estuvo allí arriba y reclama todavía porciones de gloria para alimentar el mito.

El equilibrio, de repente, se rompe. El suizo, cuatro veces ganador en Indian Wells, sufre un chispazo. Sirve y falla, se atasca ante el juego en largo de Nole. Salva tres bolas de break, pero después se vuelve a atragantar y al final cede para marcar el punto de inflexión en el parcial. El serbio es un muro, todo fiabilidad. Pega como un peso pesado desde el fondo de la pista y resuelve sin paliativos desde el servicio (19/19, efectividad máxima). Comete nueve errores no forzados, por los 17 de Federer, encasquillado en este momento, inusualmente desacertado. No resiste a la velocidad de crucero que impone su rival, certero e implacable, que por algo es él quien ocupa el trono del tenis.

Federer se dispone a hacer un saque.
Federer se dispone a hacer un saque.FREDERIC J. BROWN (AFP)

Resuelve Djokovic el primer set en poco más de media hora. Está dispuesto a dar un nuevo golpe sobre la mesa, a subrayar que él es el que manda. No quiere que se repita la escena de Dubái, de hace menos de un mes; allí cedió ante el maestro (6-3 y 7-5). Ahora no. Gobierna con mano de hierro, implacable y autoritario. Busca las líneas y exhibe una derecha cruzada que zanja los peloteos. Al primer servicio de Federer en la segunda manga amaga con el break; al segundo del helvético, llega el hachazo balcánico. Djokovic se siente poderoso.

Progresa como una tanqueta, poco a poco pero firme, y se defiende como un acorazado. A la que le toca achicar agua, cumple. Por eso salva tres bolas de break y anula la bravata del suizo, siempre elegante y estiloso, pero demasiado errático en esta ocasión. Combina raquetazos definitivos y escorzos académicos con varios reveses a la red. Flaquea, pero no se rinde. Cuando parece que más lejos lo tiene, más se acerca. Con 4-3 en contra se levanta y se rebela. Recupera el juego que ha mostrado en los días previos y consigue que titubee Djokovic. El serbio comete una doble falta muy inoportuna y se confirma el break. Acto seguido, su adversario cierra un juego el blanco y tensa la cuerda, a ver si se rompe y Nole cae. Tú eres el rey, yo la leyenda, parece decirle. Es la combustión frente al hielo serbio.

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Consigue Federer llevar la segunda manga al tie break y sube la adrenalina. El suizo, entonces, se quita por unos instantes el frac y se pone el mono de sufridor. Se le van dos voleas, pero después regala un punto precioso. Djokovic se cortocircuita por momentos y comete una doble falta, sucedida de otra que le inclina el terreno y le hace patinar. Enfrente, el genio no perdona y equilibra el partido, aunque después acusa el esfuerzo. En el tercer set, a las primeras de cambio, pierde el servicio. No se inmuta. Se repone y se lo rompe a continuación a Djokovic, que poco a poco ha ido perdiendo la paciencia y explota con un arrebato. Golpea la raqueta contra el cemento y la rompe.

No es para menos. El test psicológico al que está siendo sometido es tortuoso y extenuante. Entra en el laberinto de las dudas, pero respira, coge aire y se mantiene sereno. Frena la insurrección que procede del otro lado de la red con movimientos plásticos y derechas decisivas. Divisa la victoria y la agarra con fuerza. Furia y temple, temple y furia, ese extraño cóctel que a veces tan bien funciona. Si no, que se lo pregunten a él, que sella el duelo, se golpea el pecho con el puño derecho y lanza besos a la grada. El desierto, otra vez, es su territorio.

Halep, suma y sigue

Simona Halep, número tres del mundo, venció por primera vez en el torneo de Indian Wells. La rumana, que está firmando un gran arranque de temporada, batió en la final (2-6, 7-5, 6-4) a la serbia Jelena Jankovic.

Es el tercer título que conquista Halep en 2015, después de los logrados en Dubái y Shenzhen; suma 11 en la categoría WTA. La rumana alcanzó la final sin necesidad de disputar las semifinales, ya que Serena Williams renunció por una lesión en su rodilla derecha.

Sí dejó por el camino a la española Carla Suárez, que brilló en el torneo y este lunes se encaramó al 12ª posición del ránking, la mejor en toda su carrera. Pese a que su actuación fue más discreta (cayó en la tercera ronda ante la checa Karolina Pliskova), Garbiñe Muguruza también ascendió en la lista. Del 22º puesto al 19º. Al igual que la canaria, es su mejor registro.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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