Real Madrid: Once jugadores, ningún equipo
La plantilla blanca utiliza términos como “angustia” y “dramático” para definir el momento que está viviendo; Ancelotti había construido el 4-3-3 con una solidaridad que ha desaparecido
“El mérito de Carlo Ancelotti es haber conseguido que todos corran, cuando convences a los talentos a sacrificarse también en las coberturas, puedes alinear todos los que quieras. El truco es este”, decía Fabio Capello en febrero del año pasado cuando le preguntaban quién era el favorito para ganar la Champions. El Madrid, según él, por ese espíritu de sacrificio que Ancelotti había inculcado en los suyos. El truco era la solidaridad.
Algo que ha desaparecido del equipo. Cada uno va a su bola. De ahí las broncas, muchas, que anoche echaron Iker Casillas, Pepe, Arbeloa, Kroos y Modric a los tres de arriba. “No creo que los jugadores hayan perdido confianza en mí. Ahora se puede decir de todo, estamos jugando muy mal y es bastante incomprensible después de lo que hemos hecho hasta diciembre”, explicó Ancelotti. “Un jugador solo no puede arreglarlo todo, hay que ser un equipo, cuando lo hemos sido, las cosas han ido bien”, comentó Modric. Hasta Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales, se atrevió a mostrar su sorpresa públicamente. “Con la categoría que tienen estos jugadores no es normal lo que hemos sufrido”, dijo en TVE.
Jugaban en casa y con un 0-2 de ventaja conseguido en la ida y parecía que los que se veían fuera eran ellos
El técnico italiano lleva dos meses y medio analizando de forma lúcida los problemas del equipo, pero no ha encontrado soluciones. Primero fue la actitud, luego la circulación lenta del balón, luego la falta de acierto de los tres de arriba, más tarde los problemas de la línea defensiva, luego la falta de concentración e intensidad. También ha habido falta de garra, lucha, bloqueo mental. Anoche perdida de confianza e incluso un paso atrás desde el punto de vista físico, algo que el entrenador siempre había negado.
A Carlo Ancelotti se le ha ido el equipo. Los jugadores anoche estaban desquiciados. Jugaban en casa y con un 0-2 de ventaja conseguido en la ida y parecía que los que se veían fuera y que tenían que remontar eran ellos. Juegan con miedo. A Iker Casillas, el capitán, se le vio el terror dibujado en la cara y no sólo en el tramo final del partido. En la zona mixta llegó a utilizar la palabra drama. “Ver el nombre del Real Madrid en el bombo del sorteo de cuartos es lo que nos va a hacer olvidar estos últimos diez días, han sido dramáticos para nosotros. No sé si es falta de confianza, angustia o ansiedad”, dijo.
A Carlo Ancelotti se le ha ido el equipo. Los jugadores anoche estaban desquiciados
La imagen que transmiten los jugadores es de impotencia, inseguridad e incapacidad. “Tenemos que cambiar el chip porque somos los mismos de antes”, explicaba Luca Modric. Son los mismos, pero ya no juegan juntos. Y la grada se ha dado cuenta. Cristiano (que luego marcó dos tantos y dijo que no hablará hasta final de temporada) fue pitado antes del encuentro. Bale, durante. El galés fue el más señalado por el público (Casillas aparte, pero eso no es novedad).
Ancelotti dice que la BBC (Benzema, Bale, Cristiano) es innegociable cuando todos están bien. Pero no lo están. Gareth Bale no se dio cuenta o no quiso darse cuenta de que había que ayudar al lateral derecho; nunca dobla las coberturas. Fuchs hizo lo que le dio la gana durante toda la noche. Cuando el asedio final del Schalke, Bale replegaba andando. Benzema y Cristiano estaban en mitad de campo. El segundo le decía al primero: “vergüenza”. No se sabe si por los pitos o la imagen del equipo.
Ancelotti dice que la BBC (Benzema, Bale, Cristiano) es innegociable cuando todos están bien. Pero no lo están
El técnico italiano habló anoche de perdida de confianza en el juego. También dijo que así no se puede llegar muy lejos. Sabe que sin solidaridad no existe 4-3-3 y aún así sigue insistiendo. Di María el año pasado e Isco este, por ejemplo, se han sacrificado cambiando de posición y aprendiendo a replegar con tal de jugar. Bale, Cristiano y Benzema, como se saben innegociables, no.
“Cuando están bien [los tres de arriba] juegan porque tenemos jugadores de calidad y nuestra identidad es hacer un fútbol de calidad. Es la idea del club y también la mía. Cuando no están bien, no juegan”, comentó. Siempre han jugado. Desde enero, cuando el equipo ha pegado el bajón, no ha sentado ni uno de los tres (Cristiano empezó desde el banquillo la ida de la Copa al estar tocado y se perdió dos por sanción).
De los quince partidos disputados, Benzema fue el que más veces ha sido sustituido: diez (minuto 78 en Mestalla, minuto 74 en el Calderón en Copa, minuto 62 contra el Espanyol –con 2-0 en el marcador-, minuto 80 contra la Real –después de anotar un doblete y dejar el marcador en 4-1-, minuto 72 en el Calderón en Liga, minuto 85 contra el Deportivo –con 2-0-, minuto 77 en Alemania –con 0-2-, minuto 92 en Elche –con 0-2-, y minuto 80 contra el Villarreal y Athletic). Bale fue sustituido una sola vez (minuto 70 en Mestalla), Cristiano ninguna.
Estos últimos diez días han sido dramáticos. No sé si es falta de confianza, angustia o ansiedad”, dice Casillas
Las alternativas que maneja, Isco aparte, tampoco son muchas. O eso debe pensar Ancelotti. Jesé acaba de regresar de una lesión muy grave y no ha tenido continuidad. James está de baja. La vuelta del colombiano podrá cambiar la inercia que está viviendo el equipo. El regreso de Modric anoche, sin ir más lejos, ya ha dado más empaque al centro del campo. El croata es el único al que no le quema la pelota.
Cuando le preguntaron a Ancelotti si un jugador solo (Modric) podía cambiar la dinámica de un equipo, apeló a Sergio Ramos. “La presencia de Modric nos da control del balón. No tenemos que pedirle mucho porque lleva tres meses fuera. Lo ha hecho bien. Ha jugado con confianza. Nos va a ayudar. También nos ayudará el regreso de Sergio Ramos, por su personalidad y carácter”.
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