“Cuidado con nuestro carácter. Esto no es una caída libre”
Jugador efímero, entrenador circunstancial y dirigente vocacional, José Luis Sáez Regalado (Badajoz, 1960) se hizo directivo con 25 años, llegó a la Federación en 1998 y fue elegido presidente en 2004. Durante su mandato, España ha logrado 70 medallas entre todas las categorías, 27 de ellas de oro; una trayectoria sobresaliente con un “mazazo” sonado: la eliminación en cuartos del pasado Mundial. El billete para los Juegos de Río pasa ahora por alcanzar la final en el próximo Europeo. En 2016 finaliza su tercer mandato y anuncia que entonces “quizá sea el momento de dejarlo”.
Pregunta. Se marcó de plazo enero o febrero para anunciar el nombre del próximo seleccionador y aún no hay noticias ¿Hay dudas o problemas?
Respuesta. Estamos ante una elección difícil porque el abanico es muy reducido para el perfil que buscamos. Quiero tomármelo con la máxima seguridad antes que con la máxima celeridad. Hemos intentado resolver la limitación [de la norma ACB] para poder elegir entre todas las opciones, pero a día de hoy no hay ningún cambio y no se aventura que lo vaya a haber.
P. ¿Está descartado que el seleccionador vaya a ser alguno de los 18 entrenadores que ahora mismo están ejerciendo en ACB?
Nunca entendería a Scariolo como un segundo plato. Por respeto a su trayectoria”
R. El cambio de normativa tampoco ofrecería la solución inmediata porque habría que negociar con el club correspondiente y algunos quieren tener a sus técnicos con dedicación exclusiva. De momento, no hemos hablado con ningún club. Ahora no me voy a poner ninguna fecha. Vamos a aguantar un tiempo, que las polémicas luego son complicadas. Quizá el elegido está trabajando y no es el momento de anunciarlo.
P. ¿Qué perfil de entrenador busca?
R. Quiero alguien que tenga experiencia, oficio, profesionalidad, que sea español o tenga una vinculación con España. A Sergio [Scariolo] por ejemplo nadie le puede considerar extranjero. También le pedimos capacidad de adaptación, porque una selección no es un club y afrontamos el campeonato más difícil de los últimos tiempos. Después, la decisión de los jugadores, de venir o no, puede modificar ese perfil y marcarnos si hay que atacar una opción u otra.
P. ¿Trabajan en la búsqueda de un seleccionador con la tranquilidad de que si no sale nada nuevo, ahí estará Scariolo?
R. Yo no entendería nunca a Scariolo como un segundo plato. Por respeto a su trayectoria y por cómo ha colaborado con nosotros. No es un descarte sino una posibilidad real. Le consideramos un entrenador de la casa. Ha tenido una actuación brillante durante su periodo y no está descartado ni mucho menos.
P. ¿Existe el compromiso de los jugadores de la generación del 80 de volver a la selección?
R. Son decisiones individuales. La única certeza es que todavía no ha habido ningún ‘no’ a estar en el Europeo. Muchos ya tenían el objetivo de Río incluso antes del mazazo en el Mundial y todos están compitiendo en sus equipos al máximo nivel. Aunque no seamos imbatibles, seguiremos siendo competitivos. Cuidado con nuestro carácter. Esto no es una caída libre. Puede seguir habiendo muchas victorias.
P. ¿El resultado del Mundial condiciona la búsqueda del nuevo seleccionador?
R. Jugamos una primera fase brillantísima y el partido maldito no supimos ganarlo y ya está. Los momentos son diferentes. En 2006 había titulares y suplentes y, hoy en día, es difícil establecer esa división. Manejar estas situaciones no es fácil. No es fácil participar poco y estar contento porque no son chicos de 20 años sino jugadores con jerarquía. Es muy complicado mirar al banquillo y ver tantas estrellas que consideran que tienen su derecho a jugar y a participar en una misión en la que han decidido estar restando tiempo a su descanso y a su familia.
P. ¿Los jugadores están por encima de todo y participan en la elección del seleccionador?
R. Eso es un mito. Hemos intentado siempre que los jugadores se sientan muy cómodos y que quieran venir a la selección a competir, pero mal haríamos si no entendiéramos que el entrenador es una pieza esencial. Los jugadores nunca han puesto o han quitado a un seleccionador porque nunca lo han considerado su misión, pero siempre hay que mirar el perfil de los jugadores que tienes y qué entrenador puede encajar mejor en ese perfil.
P. ¿Le dolieron los pitos que recibió en la ceremonia de entrega de medallas del Mundial?
R. Claro que duelen. Aquellos días no se los deseo ni a mis peores enemigos. Pero yo no le vendí a nadie una entrada para una final España-Estados Unidos. El jugar en España nos dio un plus de cariño pero también nos pudo llevar a la dispersión. Al final fue un shock, pero hay que recuperar la ilusión. Esto no ha terminado. Con compromiso y competitividad podemos estirar la pelea.
Quizá en 2016 sea momento de dejarlo”
P. ¿Está garantizado el relevo generacional?
R. La generación de los éxitos ha sabido renovarse progresivamente y ahora tenemos veteranos como Ricky Rubio. El Chacho, Llull, Ibaka y otros posibles como Mirotic tienen mucho recorrido. Rudy va a seguir siendo determinante durante muchos años, Marc Gasol está en el esplendor de su carrera… y vienen otros muy interesantes. No sé si seguiremos siendo los mejores, pero hay futuro. No creo que salgan dos Gasoles como estos, pero es que todavía no son historia. Son presente como hemos podido ver con la foto legendaria del salto en el All Star. No jubilemos a nadie anticipadamente. Otros países entienden los reveses con menos dramatismo.
P. ¿El límite de su mandato está tras el Mundial femenino de 2018?
R. Le he dado muchas vueltas en estos últimos tiempos y pienso que pasar de 12 años no es adecuado aunque lo estés haciendo bien y tengas ilusiones. Quizá en 2016 sea el momento de dejarlo. La gente se cansa de uno. El baloncesto no es solo el resultado de los campeonatos, pero tenemos que ser siempre parte de la solución no parte del problema. He sido muy feliz, pero no se puede mantener eternamente un desgaste así.
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