El Athletic hurga en la herida del Eibar
Un gol de Gurpegui en el minuto 35 consuma la sexta derrota consecutiva del conjunto armero, que no gana un partido desde el 11 de enero
En el descanso, la megafonía de Ipurúa comunicó que el número premiado en la rifa era el 275. Sabor a fútbol de antes, a fútbol de siempre, a fútbol como el buen cine en blanco y negro. Hay tradiciones que no deben perderse y menos en estado de necesidad y con el objetivo del déficit cero. El 275 fue el afortunado. Faltaba por resolver la segunda incógnita, ¿quién ganaría el partido? ¿un Eibar con la junta de la trócola maltrecha por cinco derrotas consecutivas o un Athletic con la depre que sucede a que te retiren el pasaporte europeo al primer control? El partido nació como una rifa, con la ruleta girando en las dos áreas, con el Athletic mandando y el Eibar asustando. Mandaba el Athletic vallando el campo del Eibar como quien valla la era para que nadie salga ni entre en ella. Pero había muchas puertas abiertas: remató Capa fuera y le respondió Williams con un cabezazo a placer también fuera y fue Piovaccari y también cabeceó fuera y disparó Manu del Moral y respondió Guillermo con dos remate en dos minutos.
Eibar, 0-Athletic, 1
Eibar: Jaime; Bóveda, Añibarro, Raúl Navas, Lillo (Didac Vila, m. 46); Errasti, Dani García (Saúl, m. 66); Capa, Arruabarrena, Manu del Moral; y Piovaccari (Javi Lara, m. 66). No utilizados: Irureta, Ekiza, Borja y Lekic.
Athletic: Iraizoz; De Marcos, Etxeita, Gurpegui, Balenciaga; Mikel Rico, San José; Williams (Iraola, m. 75), Muniain, Ibai Gómez (Susaeta, m. 83); y Guillermo (Aduriz, m. 62). No utilizados: Herrerín, Laporte, Beñat y Unai López.
Gol: 0-1. M. 35. Gurpegui.
Árbitro: Teixeira Vitienes I. Amonestó a Raúl Navas, Lillo. San José, Dani García y Muniain,
Unos 5.000 espectadores en Ipurúa.
Y así andaban, entreteniendo la tarde con bolazos de nieve caliente (había 14 grados en Eibar, lo que en Euskadi este invierno es lo más parecido a la primavera), cuando la ruleta se paró en un centro de De Marcos que le pilló a la defensa mirando al dedo en vez de a la luna. Y entre el dedo y la luna, apareció Gurpegui para cabecear a placer en el área pequeña, resolviendo la primera rifa de ocasiones.
En las que antes había tenido el Athletic, la ruleta la paró de golpe el portero Jaime. El técnico Garitano decidió que el titular Irureta debía reflexionar en el banquillo tras una serie de errores consecutivos que le han costado muchos puntos al Eibar. Y apostó por Jaime, otro veterano de 34 años cuyas isobaras futbolísticas se cruzan por todo el mapa de España. No había debutado en el Eibar, a donde llegó el pasado mes de julio, y lo hizo con buen pie. Su actuación fue excelente. ¿Quién diría que le faltaban partidos? En el gol fue sencillamente fusilado, ni siquiera pudo apartarse.
Valverde hilvanó el equipo a caballo entre el partido de Eibar y el del miércoles contra el Espanyol, en la vuelta de la semifinal de Copa. Así que descansaron tipos como Laporte, Aduriz, Susaeta, Iraola, Beñat. A cambio apostó por jóvenes como Guillermo o Williams, inusuales como Ibai Gómez y veteranos como Gurpegui, que a la postre resultó providencial. Cierto que salvo algunas excepciones la línea que separa a titulares y suplentes en el Athletic es finísima, casi transparente La mezcla fue más que suficiente para desnortar al Eibar y conseguir que fuera algo que en la primera vuelta no había sido: vulnerable. Tan nervioso anda que por alguna razón que se desconoce el Eibar comenzó la segunda mitad con diez jugadores. El árbitro se cansó de esperar que saliera Didac Vila para sustituir a Lillo y arrancó el partido. ¿Un apretón?, ¿el cordón de una bota? Así entró un par de minutos después. Si le pilla el tiqui taca de Guardiola lo mismo se pierde diez minutos...
Y el partido se murió en la segunda mitad por inanición, con el Athletic satisfecho con su bocado y el Eibar rebuscando comida donde generalmente no la había. Salvo un disparo temprano de Manu del Moral que repelió Iraizoz, no hubo más noticias suyas. Del Athletic tampoco, apenas un cabezazo de Aduriz- que salió al final- que Jaime, con su país futbolístico en la mochila repelió, porque fue muy centrado. Entre pan y pan, no hubo mucha imaginación, sí mucho trabajo. Y el Athletic que sale del túnel y al Eibar que se le ha apagado la lámpara y anda con velas. Pero le quedan velas.
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