El Parma pone a la venta hasta los banquillos del vestuario
En el club italiano, al que han embargado los coches y las máquinas del gimnasio, ya no funciona ni la tintorería. “Tendremos que lavarnos las camisetas en casa”, dice el capitán, Alessandro Lucarelli
“¿Novedades? La única novedad es que la tintorería ya no recoge la ropa oficial. Puede que a partir de mañana [por hoy] tengamos que lavarnos las camisetas en casa”, así contestaba ayer Alessandro Lucarelli, capitán del Parma, a la salida de la ciudad deportiva del equipo. Jugadores y empleados siguen sin recibir las nóminas prometidas por Gianpietro Manenti, el último de los cinco presidentes que han desfilado en los últimos siete meses.
“El Parma es un club de Primera no una charcutería. Si no hay dinero en una cuenta italiana para hacer frente a los gastos más inmediatos, es evidente que algo hay detrás”, espetó Federico Pizzarotti, alcalde de la ciudad. Igual que los jugadores, no cree en “los problema técnicos” que aduce Manenti para justificar que los pagos no hayan llegado todavía. Es más, pidió al tesorero del club que le adelantara el dinero de un viaje que hizo a Eslovenia –donde tiene sus empresas y donde ha pedido un crédito- para intentar desbloquear la situación.
En medio de este caos, el Parma ya aplazó un partido (el domingo pasado contra el Udinese) porque no tenía dinero ni para abrir el campo. Posiblemente tenga que desplazarse a Génova con coches particulares para jugar contra la Sampdoria este domingo. Además de no contar con la tintorería, ha tenido que ver cómo los oficiales judiciales están desmantelando el club poco a poco.
La semana pasada embargaron 4 furgonetas por antiguas deudas de 100.000 euros, hace un par de días también embargaron los coches del cuerpo médico y ayer le tocó a los banquillos del vestuario y algunos aparatos del gimnasio.
Están anunciados en el portal “Asta Giudiziaria” con su precio, foto y la fecha a partir de la cual se pueden adquirir on-line. Las banquetas del vestuario que suelen utilizar el técnico Roberto Donadoni y sus ayudantes, se venden a partir de 2.000 euros; 3.000 cuesta una cinta fitwave y 300 y 400 otros aparatos del gimnasio.
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