Tyton cierra la muralla en Ipurua
El Elche aprovecha un error azulgrana y confía la victoria a su portero ante un Eibar encomiable pero sin fortuna (0-1)
Siete puntos de diferencia en la clasificación, a estas alturas dan tranquilidad, pero no la felicidad. La vida se mide a más largo plazo en Primera División. Le urgía al Elche ir metiendo el cuchillo en la tabla y optó por controlar el balón, como acostumbra, manejarlo con cierta velocidad y buscar muy desesperadamente a Jonathas de la mejor manera posible, con el brasileño de espaldas a la portería. Y le urgía al Eibar ir haciendo más hueco para que la mantequilla estuviera más espesa para los cuchillos ajenos. Y optó por el fútbol directo, como acostumbra en su territorio de Ipurua, en busca de Piovaccari o de las llegadas inesperadas de Arruabarrena.
EIBAR, 0 - ELCHE, 1
Eibar: Irureta; Bóveda, Añibarro, Raúl Navas, Lillo (Lillo, m. 81); Dani García, Borja (Dani Nieto, m. 74); Saúl Berjón (Capa, m. 45), Arruabarrena, Javi Lara; y Piovaccari. No utilizados: Jaime, Ekiza, Boateng y Ángel.
Elche: Tyton; Damián, Lombar, Enzo, Albacar; Adrián, Pasalic; Víctor Rodríguez (Coro, m. 90), Fajr (Rodrigues, m. 85), Aarón; y Jonathas (Gálvez, m. 90+3). No utilizados: Manu Herrera, Cisma, Cristian y Álvaro.
Goles: 0-1. M. 50. Jonathas
Árbitro: Prieto Iglesias. Expulsó a Piovaccari (m. 77), por roja directa. y amonestó a Saúl Berjón, Irureta, Arruabarrena y Pasalic
Unos 5.000 espectadores en Ipurua
Pasaron 45 minutos bajo la lluvia y sobre un césped recién plantado y nadie había conseguido su objetivo. El Elche gozaba con el balón, pero sufría en cuanto se asomaba a loas dominios de Irureta y se le convertía en una bola de nieve: golpearlo era perderlo. El Eibar, menos vistoso, sacaba más provecho de su labor en el tajo. Bóveda, en el costado del área eligió la jugada imposible: la que está entre centrar y disparar. No hay rendijas. Raúl Navas, después, lanzó un misil desde 40 metros al que respondió Tyton con buenos reflejos. Hasta el final de esa primera mitad acabó con una oportunidad manifiesta del Eibar, en un remate de Piovaccari que rechazó Tyton ¿desde dentro?, y luego remató fuera Arruabarrena. Daba igual: el árbitro copió a ambos y pitó un fuera de juego inexistente. Todo había sido un sueño.
La pesadilla del Eibar y el sueño del Elche coincidieron cinco minutos después del descanso. Edu Albácar, acreditado ejecutor de faltas, colocó un libre indirecto entre el portero y los defensas. Irureta, en vez del balón, se preocupó del juez de línea y su banderín; los defensas del Eibar, de mantener la línea; y Jonathas, de colarse en el autobús. Nadie le picó el billete y puso un pelín de su frente para rozar el centro y meterlo en la red. No era fuera de juego. Era el Eibar el que se quedó en fuera de juego en esa jugada.
El visitante se agarró al orden para organizar su resistencia y a la noche de gloria de su meta
Y sin embargo, el gol le picó como una ortiga y se fue directo a por Tyton. Perdiendo, apareció el mejor Eibar y el Elche más conservador, con tendencia a asustarse, a defenderse con más miedo que orden. Era el momento de Tyton, en un disparo de Javi Lara, de Capa, que pecó de egoísta o de ceguera en una contra magnífica. No estaban las cosas para arriesgar en la bolsa del fútbol. Y el Elche ahorró metros y juego, apretó los dientes, se metió en casa (aunque fuera ajena) y se agarró al orden para organizar su resistencia. O sea se agarró a Adrián, actuando de caballero oscuro, pero eficaz, y a la noche de gloria de Tyton.
Ni con 10 del Eibar (por la expulsión de Piovaccari), se estiró el Elche. Y con 10 creció el Eibar, lleno de garra, incómodo con el resultado, con las circunstancias y con el arbitraje. Apurado y nervioso, fue mejor el equipo azulgrana. Se vio al mejor Javi Lara, al mejor Capa, se sucedieron las ocasiones. Y le propuso al arbitro un final de examen en una mano clara dentro del área de Jonathas tras un saque de esquina en la prolongación. Y el árbitro suspendió otra vez.
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