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EL CÓRNER INGLÉS
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El último tabú futbolero

Di María, Rojo y Herrera felicitan a Rooney, durante un partido del Manchester United.
Di María, Rojo y Herrera felicitan a Rooney, durante un partido del Manchester United.AFP

"El capitalismo pierde el sentido de la moderación cuando la creencia en el poder del mercado penetra el terreno de la fe."

Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra el año pasado.

La desigualdad se ha vuelto el gran tema político-económico de nuestros tiempos. El tema de conversación más grande de todos es, por supuesto, el fútbol. Lo curioso es que apenas se mezcla el uno con el otro. Cuando se habla de desigualdad no se menciona, al menos no en compañía civilizada, lo que ganan los jugadores de fútbol respecto al común de los mortales.

Hagámoslo.

El sueldo medio semanal de un jugador de la Premier es 42.000 euros, bastante más de lo que gana al año el trabajador medio. Más interesante aún es hacer comparaciones entre los ingresos de las personas normales y los futbolistas que todos conocemos. Es fácil hacerlo. La BBC ha creado una página web que permite calcular la proporción del sueldo de cualquiera con el de Messi o Cristiano u otros 20 futbolistas, como Rooney o Neymar, cuya fama supera la de Brad Pitt, Clint Eastwood o Angelina Jolie, e incluso la de Mariano Rajoy, Pablo Iglesias o Yanis Varufakis.

Los sueldos de los jugadores son un síntoma inquietante de lo loco que está el mundo

Uno pone que gana, por ejemplo, 25.000 euros anuales y descubre, gracias a los genios de bbc.co.uk, que tardaría 1.137 años en ganar lo que Messi en una temporada y que Messi tardaría nueve minutos en ganar lo que uno en una semana. Comparando lo que gana Cristiano Ronaldo con una persona muy bien pagada en Ruanda, digamos tres euros al día, la calculadora de la BBC nos dice que aquel afortunado ruandés tardaría 23.126 años en ganar lo que Ronaldo en 12 meses.

Messi, durante un partido ante el Atlético de Madrid
Messi, durante un partido ante el Atlético de MadridGetty

Las diferencias se vuelven más ridículas todavía si uno hace la comparación con las 1.000 millones de personas que ganan menos de un dólar al día. Y no olvidemos, claro, que estos jugadores trabajan, lo que se dice trabajo, tres horas a la semana como mucho y dedican unas 15 horas más a hacer lo que mucha gente normal quisiera hacer en su tiempo libre, como correr al aire libre, patear una pelota con amigos y hacer gimnasia. El resto del día, normalmente, a partir de la hora de comer, lo suelen tener libre para fornicar, jugar a la Play o filmar anuncios para líneas aéreas árabes.

Sí. El mundo es injusto. Y, desde que brotó la crisis económica en 2008, los relativamente suertudos europeos occidentales no dejamos de lamentarnos de ello, de quejarnos de la desigualdad, tema hoy ineludible en el discurso de cualquier político en campaña electoral. Sin embargo, casi nadie habla de la monstruosa diferencia entre lo que ganan los futbolistas de las grandes ligas y los demás. Se mencionará en voz baja en los bares pero en público, en la edad ruidosa en la que vivimos, es el último tabú. ¿Dónde está el político español que se atreverá a sugerir que Messi o Ronaldo o Fernando Torres del obrero Atlético de Madrid forman parte de la detestada casta? No existe. Perdería toda posibilidad de ganar una elección.

¿Por qué? Por dos motivos. El primero es que lo que distingue a los futboleros es la regresión infantil, expresada entre otras cosas en la negación de la realidad de que el mundo del fútbol es corrupto de arriba abajo (pero más arriba que abajo) y que los ingresos que reciben sus ídolos son una barbaridad. Cualquier político que se arriesgue a despertar al futbolero de su pendejez juega con fuego.

Cristiano, durante el partido ante el Córdoba
Cristiano, durante el partido ante el CórdobaAFP

El segundo motivo es que, dentro de la lógica capitalista, los messis y los ronaldos se han ganado el derecho a recibir colosales cantidades de dinero. De las 600 millones de personas que juegan el deporte —el pasatiempo favorito de la humanidad—, son los dos mejores.

Aún así, que Barack Obama, una de las pocas personas que se acercan a Messi en cuanto a fama global, tendría que ejercer como presidente de la mayor potencia del mundo durante 68 años para alcanzar lo que gana en un año el pequeño delantero argentino quizá nos sirva para reflexionar sobre las perversiones en las que ha caído el sistema del libre mercado capitalista. Viva el fútbol, sí, pero lo de los sueldos de los jugadores, si nos atrevemos a abrir los ojos y verlo, es un síntoma bastante inquietante de lo loco que se ha vuelto el mundo.

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