Alonso va al trantrán
El asturiano relativiza los problemas de McLaren tras sólo poder completar seis vueltas
A juzgar por una de sus frases más célebres, Groucho Marx habría encajado perfectamente en el paddock del Mundial de Fórmula 1. "Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros", se sacó de su genial chistera el cómico neoyorquino. Pues bien, esa falta de reparo ante la posibilidad de quedar en evidencia está a la orden del día en el Mundial. Poco importa que Fernando Alonso y Ron Dennis terminaran hace algún tiempo tirándose los trastos a la cabeza. Las vueltas que da la vida y las necesidades de uno y otro les han llevado a reencontrarse en McLaren ocho años después de aquella disparatada temporada de 2007. Y ni el piloto asturiano ni el ejecutivo británico han tenido ningún problema en darse un par de abrazos en público para escenificar que todo aquello está superado, e incluso tratar de convencer a quien se deje de que no fue para tanto, que la prensa lo exageró demasiado. Por el momento, todo son buenas caras, mucha motivación y convencimiento por ambas partes; habrá que ver cómo evolucionan las cosas a medida que los días vayan pasando y en función de los resultados. El panorama, en función de varios indicativos, no es demasiado halagüeño, al menos a corto o medio plazo.
El papelón que en estos momentos tiene Ron Dennis no es nada fácil. Por un lado hace lo posible para transmitir optimismo y no se corta al asegurar que el nuevo prototipo será competitivo -"este año ganaremos carreras"-, ha repetido varias veces en las últimas semanas y meses. Por el otro, es consciente de que esta estrategia que sigue como reclamo para atraer patrocinadores no hace otra cosa que añadir presión a los corredores, que al fin y al cabo son los que firman y los que salen en las fotos. El bagaje del primer ensayo de Alonso subido al MP4-30 se limitó a seis vueltas al tran tran que dejaron tantas incógnitas como certezas, más allá de constatar que el comienzo de esta 'nueva era' para McLaren y Honda -así ha sido bautizada por ambas marcas- no será un camino de rosas sino más bien de espinos. Para rematarlo, el más rápido fue Sebastian Vettel en su estreno oficial como punta de lanza de Ferrari, aunque si algo llamó la atención fueron los 157 giros que dio Nico Rosberg, 695 kilómetros, más de dos grandes premios completos. Carlos Sainz, que por la mañana destapó el Toro Rosso, pudo dar 46 vueltas.
Todos los problemas los hemos podido identificar. Iremos así todo el invierno”
Los apuros que atraviesa McLaren son muy parecidos a los que afectaron el año pasado a la mayoría de equipos menos a Mercedes. Sin embargo, que después de una primera tanda de entrenamientos realizada en Abu Dabi hace dos meses, Alonso sólo pudiera completar 27 kilómetros, no debería dejar tranquilo a nadie vinculado al constructor de Woking. "Fue más o menos como esperábamos: un arranque lento. El diseño del coche es muy extremo y la tecnología que se emplea, muy complicada. La unidad de potencia es nueva y hay que aprender", explicó el español, enfundado ya en sus nuevos colores, blanco y negro y sin un logo que sobresalga más allá de la gran H de la firma del ala dorada. "Evidentemente que me habría gustado dar más vueltas, pero Red Bull sólo pudo dar 10 en todo el invierno pasado, o sea que por pocas que demos mañana [POR HOY]ya les habremos superado. Lo bueno es que todos los problemas que hemos tenido los hemos podido identificar. Resolveremos estos y saldrán otros. Iremos así todo el invierno", advirtió el ovetense, que hoy le cederá el volante a Jenson Button para volver a cogerlo el martes.
El bicampeón del mundo con Renault (2005 y 2006) decidió abandonar Ferrari porque se cansó de esperar que Ferrari le ofreciera un monoplaza de garantías que le permitiera pelear por volver a coronarse. "En estos últimos cinco años mi paciencia ya ha sido puesta a prueba, así que en eso no hay problema", zanjó Alonso.
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