Mástil roto y adiós a la regata

No les podían ir mejor las cosas. Sumaban un récord tras otro —fueron los primeros en alcanzar el estrecho de Gibraltar, los más rápidos en cruzar el Ecuador—, lideraban al pelotón y, así las cosas, aspiraban a ganar la Barcelona World Race. Pero los imprevistos son los que escriben la historia de las regatas y más la de regatas como esta en la que dos skippers aspiran a dar la vuelta al mundo en menos de 90 días. Ellos, los tripulantes del Imoca 60 Hugo Boss, ya no podrán hacerlo. La noche del miércoles se quedaron sin mástil y perdieron así toda opción de alzarse vencedores de una competición que arrancó el 31 de diciembre en aguas de Barcelona. Tripulaban el velero ganador de la última edición, pero han tenido que abandonar la regata.

La nave navegaba en condiciones moderadas cuando se produjo una caída de la jarcia y el mástil cayó encima del barco”

“Alex Thomson y Pepe Ribes, los regatistas del Hugo Boss, perdieron su mástil y el velamen a las 21.02 GMT. La nave surcaba el océano en condiciones moderadas cuando se produjo una caída de la jarcia y el mástil cayó encima del barco. Desafortunadamente, se rompió”, así comienza el comunicado del equipo, enviado de madrugada. “Los regatistas y el equipo técnico de tierra están evaluando en estos momentos cómo llevar el barco al punto de recalada más cercano, que probablemente sea Salvador, en Brasil, lo cual supone una considerable distancia respecto a la posición actual del barco”, explican.

“Después de un inicio muy prometedor, ha sucedido este contratiempo que nos ha dejado en estado de shock. Hemos estado preparándonos para la regata durante un año, pero lamentablemente en este tipo de competiciones extremas pueden suceder estos incidentes imprevisibles. Ahora, sólo deseamos que los regatistas se encuentren sanos y salvos en tierra, aunque reconocemos que tanto ellos como su equipo están devastados. Alex y Pepe estaban haciendo una gran competición y se encuentran con gran desánimo al no poder continuar en la competición”. Son las palabras de Stewart Hosford, director técnico de Alex Thomson Racing.