La mancha de El Príncipe
Giuseppe Giannini, excapitán de la Roma y de Italia, acusado por la fiscalía anticamorra por presunta compra de partidos
Giuseppe Giannini era Il Principe para todos. Por su elegante forma de correr, siempre con la cabeza alta. Por la elegancia en la cancha conduciendo el balón. Era el niño mimado, decían, de Azeglio Vicini, el seleccionador de Italia en el Mundial del 90 que le crio en la sub-20. Era el favorito de la hinchada de la Roma con la que conquistó el scudetto en 1983. Giannini tiene ahora 50 años. La elegancia que paseaba en la cancha, se ha manchado fuera de ella. En febrero se sentará en el banquillo en un enorme juicio (104 imputados) contra un clan de la camorra —los Contini— por asociación mafiosa y blanqueo.
Giannini, que desde junio es seleccionador de Líbano, está acusado, según desveló ayer la Repubblica de Nápoles, de fraude deportivo. Se le imputa la compra de partidos. En concreto, uno de la temporada 2008-09 de la Lega Pro (Tercera italiana) cuando era entrenador del Gallipoli, equipo de la Apulia.
Se le acusa de pagar 50.000 euros a los rivales para que se dejaran ganar
Según los fiscales anticamorra Curcio y Del Gaudio, habría pagado, con la ayuda de Salvatore Righi —vinculado al clan camorrista los Contini— y del director deportivo Luigi Dimitri, 50.000 euros a los rivales del Real Marcianese para que se dejaran ganar. De hecho, el Gallipoli les derrotó por 3-2 en la última jornada y subieron a la Serie B (Segunda). El excapitán de la Roma y de la selección italiana tendrá que responder las acusaciones del juez el próximo 17 de febrero.
La derrota por 3-2 de los rivales en la última jornada, hizo subir a Segunda a su equipo
Giannini colgó las botas en 1999: jugó 15 temporadas en la Roma (con la que disputó 318 partidos y ganó, además de una Liga, tres Copas) y terminó en el Lecce después de un breve paso por el Sturm Graz y el Nápoles. Empezó su carrera de entrenador en 2004 al frente del Foggia y de los siete equipos que ha dirigido sólo terminó la temporada en uno de ellos, el Gallipoli precisamente. Dimitió en una ocasión y en cinco más fue despedido sin llegar siquiera a mitad de temporada.
Muchas, de hecho, fueron las críticas que recibió cuando la federación libanesa anunció su fichaje al frente de la selección. Le echaron en cara su poco exitosa trayectoria como técnico. “Su experiencia como jugador fue extraordinaria pero no tiene un buen currículum como entrenador. Ha entrenado solo en Tercera, ha sumado alguna presencia en Segunda y su única experiencia en Primera ha sido la de la Liga rumana en la que fracasó. Es como entregar el mando de la selección al primero que pasa por ahí”, escribió el periódico de Beirut l'Orient-Le Jour. La selección le fichó con el objetivo de clasificarse para la Copa de Asia.
Giannini colgó las botas en 1999 y desde junio es el seleccionador de Libano
“Quiero impulsar la cultura de la profesionalidad y del sacrificio. Espero hacer entender a los chavales que su joven edad es una ventaja que tienen que aprender a aprovechar”, dijo en junio cuando le presentaron.
La profesionalidad y el sacrificio del que hablaba se han quedado manchados, según entiende la Fiscalía Anticorrupción, por la presunta compra de partidos.
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