“El oro sería dar un puñetazo en la mesa”
Las paradas de Navarro allanan el camino de España hasta la final de hoy contra Noruega
El abrazo del seleccionador Jorge Dueñas con Silvia Navarro (Valencia, 35 años) en el Papp Laszlo Sportarena de Budapest resumió la clasificación. “Me dijo: ‘Lo hemos conseguido Navarro’. Y eso para mí era suficiente”, explica por teléfono la guardameta que llevó a España a su segunda final en el torneo continental tras su brillante actuación ante Montegro el viernes. Allí hoy luchará por el oro y por una plaza olímpica con Noruega (18.00, La 1).
A pesar de su estatura (1,69 m) Navarro se ha hecho gigante en cada partido. Su exhibición bajo los palos, con ayuda de la defensa, secó a Montenegro. En la primera parte rondó por momentos el 60% de efectividad, con 11 paradas, y en la segunda fue clave cuando España se atascó en ataque. 14 minutos sin anotar, siete de ellos con un parcial de 0-0, gracias en parte a los reflejos de la valenciana. “Miraba al marcador y decía: ‘Que se acercan, que están recortando’. Pero confiaba plenamente en mis compañeras”, asegura.
“Es un portento físico. Su altura la suple con las piernas, con la rapidez y la velocidad con la que se mueve en la portería. Tiene una potencia para cubrir lanzamientos que muy pocas porteras tienen”, dice de ella Ana Temprano, la segunda guardameta. Con rivales veloces y con tendencia a explotar el contraataque, a Navarro se le ha visto sacar lo imposible cuando parecía vendida. “Hay que mirar fijamente al balón y a la jugadora. Hay muchas veces que tendemos a cerrar los ojos, a no mirar el balón. Cuando una jugadora viene a la contra no hay que tener miedo, ahí tenemos mucho que ganar”, apunta Navarro.
La portera cree que su puesto es el más solitario. “Te vas a la derecha y tocas un palo y a la izquierda tocas el otro. Pero aquí es una gozada jugar porque todo el mundo te arropa”, asegura. Lo comprobó el viernes, cuando un aluvión de mensajes y abrazos mostraron todo lo que le debe este equipo. “¡Soy feliz, y de mayor quiero ser como Silvia Navarro!”, escribió Eli Pinedo, la máxima goleadora de España ante Montenegro, en su Twitter.
En ese encuentro, Navarro sumó 19 paradas y se quedó con una efectividad del 50%. “Ha completado otro partido para la historia”, sentenció Dueñas. En todo el torneo la guardameta ha efectuado 78, con un 38% de acierto. Unos números algo por debajo de la jugadora que custodiará esta tarde la meta noruega. Silje Margaretha Solberg. Ha hecho solo una parada más que la española, 79, pero su efectividad alcanza el 42%. “Es joven, pero tienen una templanza en la portería que es impresionante”, señala Navarro. Pero ese no será el único obstáculo para conseguir el oro. “Mörk tiene un lanzamiento de la leche. Lo primero que tenemos que hacer es no perder ningún balón porque lo aprovechan a la contra”.
En semifinales, sumó 19 paradas y se quedó con una efectividad del 50%
Navarro debutó en División de Honor en el Mar Valencia. Y tras pasar por el Itxako emigró a Rumanía. “El tema económico en el balonmano está fastidiado. Hay clubes que han desaparecido y la única opción era el extranjero”, arguye para explicar la fuga de talentos. “Poco a poco la gente volverá”. Como ella, que regresó a España el año pasado para jugar en el Rocasa Gran Canaria. Para mejorar la situación, Navarro sabe que están en una nueva oportunidad de poner el balonmano femenino en el escaparate, como ya hicieron en el Europeo de 2008 (plata), el Mundial de 2011 (bronce) y los Juegos Olímpicos de Londres (bronce). “No solo sería bueno para el balonmano femenino, sino para el deporte femenino en general. “Sería dar un puñetazo en la mesa y decir que las mujeres también estamos en esto”
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