“Parecemos un montón de idiotas”
El Borussia Dortmund de Jürgen Klopp termina el año en como colista de Bundesliga
El Westfalenstadion —ahora Signal Iduna por motivos comerciales— rebosa de seguidores cada jornada. Su famosa grada sur, conocida como el muro amarillo, luce tan impresionante como siempre. Y los hinchas del Borussia Dortmund siguen dejándose la garganta en cada partido. La incansable afición del conjunto del noroeste de Alemania es reconocida como la mejor del país, y eso no va a cambiar aunque su equipo esté hundido en la Bundesliga.
El Dortmund cerró el sábado la primera vuelta del campeonato con una derrota en Bremen, un resultado que le deja colista empatado con el Friburgo. Un desastre antológico e inesperado para un equipo que hace año y medio disputaba la final de la Champions y que ganó la Bundesliga en 2011 y 2012.
“Hemos parecido un montón de idiotas”, sentenció el entrenador, Jürgen Klopp, tras la última caída. “La mejor noticia es que se acabó el fútbol en 2014”, declaró el técnico a la cadena Sky Sport. La competición teutona afronta su parón invernal (no habrá partidos hasta finales de enero) con los protagonistas de aquella final de Champions de 2013 en los extremos de la tabla: el Bayern ocupa el primer puesto con insultante superioridad (11 puntos sobre el Wolfsburgo, segundo) y el Borussia pena en las profundidades de la clasificación por sus 10 derrotas en 17 partidos.
El director deportivo, Michael Zorc se reunió ayer con Klopp y después ratificó la continuidad del técnico. “Estamos firmemente convencidos de que saldremos juntos de esta situación difícil”, aseguró Zorc a la web de Kicker.
El receso se va a hacer largo y duro para Klopp y sus jugadores, que sin embargo disputaron una sobresaliente primera fase en la Liga de Campeones, donde se clasificaron primeros de su grupo superando al Arsenal. En febrero espera la Juventus en octavos y mucho debe mejorar la salud de los borussers para que eliminen al campeón italiano.
Jürgen Klopp es el arquitecto de este Dortmund, un equipo de autor que sorprendió conquistando dos Ligas consecutivas ante el todopoderoso Bayern. Los años de gloria dieron todo el crédito del mundo al técnico, pero hoy parece desbordado por el hundimiento, incluso llegó a especular hace días con su marcha. “Habrá un momento en el que definitivamente no sea entrenador del Dortmund”, declaró.
No es fácil encontrar las razones para semejante desastre. Es cierto que ha habido bastantes lesiones, pero también se ha recuperado al mediocentro Gundogan, clave para el funcionamiento del equipo y que estuvo fuera toda la temporada pasada. La marcha de Lewandowski al Bayern en verano también es una importante rémora, sobre todo si su sustituto, Ciro Immobile, no cumple las expectativas. Tampoco está siendo el año de Marco Reus, la estrella del equipo. Lesionado desde hace un mes, Reus rechazó una oferta de renovación y las especulaciones sobre su futuro inundan los diarios deportivos de Europa.
No es la primera vez que el equipo de Renania se encuentra en el filo del abismo. En 2005 los problemas económicos casi le llevaron a la bancarrota y desapareció de la élite del fútbol alemán. El trago originó una catarsis que convirtió al Dortmund en un club modélico. Siempre saneado y aplicando con tino su política de cantera y de fichar potenciales figuras para venderlas años después. Sahim, Götze y Kagawa son algunos ejemplos. Gundogan, Reus o Hummels pueden ser los siguientes, aunque de momento siguen en el equipo. Con semejante plantilla y afición, nadie puede imaginarse al Borussia en la segunda categoría, pero este invierno será aún más frío en Dortmund.
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