Examen sorpresa y final

Desde que llegó al banquillo del Barcelona, Luis Enrique fijó el mes de mayo como el momento de pasar revisión, sobre todo porque asegura que el equipo tiene que estar en forma y afilado para poder disputar todos los títulos. Ocurre, sin embargo, que el bombo europeo le exige ahora un examen sorpresa y también final antes de tiempo, sobre todo porque se mide con el Manchester City, rival conocido y batido en el curso anterior (0-2 en la ida y 2-1 en la vuelta), segundo en la Premier —a tres puntos del Chelsea— y ahora en combustión porque suma ocho triunfos y unas tablas en los últimos nueve encuentros, dos de ellos en Europa ante el Bayern y el Roma para superar la fase de grupos de refilón.

“Hemos recuperado jugadores y la confianza con los dos últimos resultados”, reflexionó Txiki Begiristain, director deportivo del City. Pero, con sorna, agregó: “Cuando vienes al sorteo quieres cambiar y encontrarte clubes menos fuertes… Pero se ha repetido. La próxima no venimos, que no los digan y nos quedamos en casa”. Más optimista se mostró Luis Enrique: “Será equilibrado, pero siempre soy positivo y pienso que ganaremos”. Y el director del área deportiva azulgrana, Andoni Zubizarreta, resumió: “Una gran eliminatoria, un gran rival”.

"Creo que hay equipos iguales o mejores incluso que el Barça. Como el Bayern o el Chelsea, sin ir más lejos" Luis Enrique, técnico azulgrana

Un oponente que con su juego no encandila como se le presupone a la elástica chequera del jeque Sulaiman Al-Fahim, dueño del Manchester City, que gasta más que nadie en los salarios de sus jugadores (una media, según un estudio de la empresa Sports Salaries Survey, de 6,7 millones por futbolista frente a los 6,3 del Madrid y los 6,2 del Barcelona). Pero su pegada es excelente, capitalizada en las botas de Agüero, lesionado desde el 6 de diciembre de los ligamentos del tobillo y pichichi de la Premier con 14 goles. “Top 10”, le definió Luis Enrique.

Su vuelta, sin embargo, está prevista para mediados de enero contra el Everton, por lo que se le aguarda en la eliminatoria y, al contrario que en el curso anterior, no parece probable que se pierda el partido de ida en el Etihad Stadium. Y si falla, siempre estará Dzeko, goleador segundón que aparece con puntualidad cuando se le reclama. Quien no estará para ese encuentro es Yayá Touré, sancionado y pieza angular del equipo por sus conducciones y disparos de media distancia, enganche con los jugadores desequilibrantes como el veloz y surtidor Navas, y los habilidosos Nasri y Silva, que bailan con el balón sobre el césped. “Hemos mejorado y somos más sólidos atrás, que es de lo que se trataba”, argumentó Begiristain. Hart ha recuperado la confianza en sus guantes y por los laterales corren Zabaleta y Clichy, bien abrigados por los centrales Mangala —le falta coger ritmo y no está a su nivel real porque inició el año lesionado— y Kompany, y también por Demichelis, a quien los aficionados citizens le tienen ojeriza por los repetidos y sonoros fallos del año anterior.

Sancionado por la UEFA con 60 millones por no cumplir con el fair play financiero, el City sólo puede inscribir en la Champions a 21 jugadores (por los 25 del resto) y en este verano sólo pudo gastar 60 millones. Pero les dio para fichar al central Mangala además de al mediocentro Fernandinho, piezas vertebrales. “Se han reforzado bien, tienen un plantel de altísimo nivel”, concedió Luis Enrique. “No han incorporado a muchos jugadores. Así que para nosotros es un poco más nuevo el partido porque hemos hecho más incorporaciones”, añadió Zubizarreta, para añadir: “Este equipo compite desde una idea de juego, de querer atacar y así iremos a Manchester”. Aunque Luis Enrique, realista, advirtió: “Hay equipos iguales o mejores incluso que el Barça. Como el Bayern o el Chelsea, sin ir más lejos”. Queda por ver si también el City.

La ida en el Etihad es el próximo 24 de febrero y la vuelta el 18 de marzo, cuatro días antes de medirse con el Madrid en la Liga, que tendrá la semana limpia de compromisos. Las notas serán en mayo, pero en febrero el Barcelona tiene un examen con trampa.