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Ultras de “alto riesgo”

Entre un 20% y un 30% de los miembros del Frente Atlético y los Bukaneros tienen antecedentes policiales La muerte de Romero Taboada lleva a los no violentos a “replantearse el camino”

Patricia Ortega Dolz
Los Bukaneros, en el partido entre el Rayo y el Sevilla
Los Bukaneros, en el partido entre el Rayo y el Sevilla alejandro ruesga

Este fin de semana sí se les esperaba. El sábado se enfrentaba el Real Madrid con el Celta de Vigo en el Santiago Bernabéu, y el domingo el Rayo Vallecano contra el Sevilla en Vallecas. Tres equipos con grupos ultras de extrema izquierda en su seno —los Celtarras, los Bukaneros del Rayo y los Biris sevillanos— llegarían a la capital una semana después del asesinato de Francisco Javier Romero Taboada, el hincha de los Riazor Blues que murió tras ser apaleado y arrojado al río Manzanares en una monumental y descontrolada reyerta entre la afición de ultraizquierda del Deportivo y la de ultraderecha del Frente Atlético. Dos campos madrileños tomados por la policía, un dispositivo de 250 agentes desplegados en días consecutivos, era la respuesta a una semana en la que las noticias del fútbol parecían más propias de las páginas de sucesos que de las de deportes.

El Madrid expedienta a 17 hinchas por sus cánticos

El Real Madrid abrió ayer expediente a 17 socios del club por proferir cánticos contra el Barcelona, Messi y Cataluña, durante el encuentro del sábado contra el Celta en el Bernabéu. Esta es la primera vez que se da publicidad a una iniciativa de este tipo por parte de la dirección del equipo blanco.

La decisión se conoció poco después de que se supiera que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) había tomado la decisión de denunciar los cánticos ofensivos que se realizaron en ese encuentro y en el disputado en Vallecas entre el Rayo y el Sevilla (0-1). Según explicó un portavoz, el organismo notificará "ante el Comité de Competición" los cánticos recogidos por los "informadores" presentes en algunos de los partidos de esta jornada. A partir del 15 de diciembre, cuando está previsto que entre en vigor la nueva batería de medidas acordada por el Consejo Superior de Deportes (CSD), Liga y Federación Española para combatir la violencia en el fútbol, comenzarán a aplicarse sanciones entre las que se encuentra el cierre parcial de gradas por cánticos xenófobos, racistas o insultos.

En esta ocasión todos los encuentros fueron calificados de “alto riesgo”. Según los datos de la policía, entre el 20% y el 30% de los miembros del Frente Atlético (“reducido en los últimos tiempos a un millar”) y de los Bukaneros (“unos 300”) tienen antecedentes policiales, en su mayor parte “por lesiones, amenazas, riñas tumultuosas, tráfico de drogas, delitos contra la propiedad...”. Y, aunque el Real Madrid expulsó a la facción más radical de los Hammerskin —de ideología neonazi— de sus gradas hace aproximadamente un año, Antonio Menéndez, El Niño, convertido desde entonces en líder de los Ultras Sur, entra y sale del estadio blanco con el llamado Javi “el bombero”, después de haber salido de la cárcel, según constatan fuentes policiales.

“Los clubes lo saben, pero no les interesa perder su foco de animación, les regalan entradas, aunque las revenden a mitad de precio, les dejan sus espacios, les dan acceso a los jugadores...”, aseguran agentes expertos en ultras. “El Real Madrid y el Barcelona echaron a los más violentos, pero en el resto de equipos ahí siguen”.

Mimetizados por la violencia, convencidos —en la extrema izquierda y la derecha— de que la vida es “la lucha”, los ultras “de alto riesgo” son aquellos que, como El Niño” además de tener antecedentes penales, han llegado incluso a cambiar de colores, aunque no de ideología. En el caso de Menéndez, pasó del Frente Atlético a los Ultras Sur, lo que a posteriori generó una escisión entre los rojiblancos, que ocupan sendos fondos de su campo.

Especialistas y conocedores de estos grupos aseguran que, pese a ser pronto para percibir cambios internos vinculados a los graves acontecimientos recientes, “sí existe cierta disidencia, por ejemplo en el Frente Atlético: gente no violenta que dice que no se puede seguir por ese camino”.

Existe cierta disidencia, por ejemplo en el Frente Atlético: gente no violenta que dice que no se puede seguir por ese camino"

La ideología no se ve ni en sus actitudes violentas ni en su estética. Unos y otros visten sudaderas y anoraks con capucha y eslóganes desafiantes, zapatillas deportivas y lucen espaldas ensanchadas por horas de gimnasio. “Lo único que les distingue un poco son las drogas que consumen”, asegura un agente. “Los de extrema izquierda son más de hachís y pastillas, y los de extrema derecha le dan más a la cocaína”.

Este fin de semana no ocurrió nada. O mejor, ocurrió lo que sucede habitualmente. Que los ultrasur del Real Madrid se dieron cita en su local, el Sherwood, en las inmediaciones del Bernabéu. Un templo ultra, sin signos, ni banderas, aséptico, un espacio rectangular con tres pantallas y una barra en la que se sirven cientos de botellines de cerveza.

Gran parte de la hinchada sevillista llegó a Vallecas en seis autobuses, que fueron interceptados por la policía a media hora de la capital. “Hubo identificaciones, registros y advertencias”, señalaba un aficionado andaluz. Pero siguieron su camino: “No llevaban nada”, confirman fuentes policiales. “Los Biris no vinieron”, aseguraban fuentes cercanas al equipo hispalense. Por su parte, los Bukaneros, con su cuartel general en un local de la calle Dolores Folgueras, dirigieron el estadio del Rayo desde su grada, aplaudieron a sus “hermanos” sevillistas y se unieron con ellos en un solo grito: “Frente Atlético, asesino”.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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