“Tenemos claro a qué jugamos”

Había dos tipos muy felices, más que el resto, anoche en Chipre. Uno era Leo Messi, magnánimo, como siempre. El otro, Luis Suárez, a quien se fichó para marcar goles y que, después de pagar penitencia por su último pecado (en el Mundial de Brasil), por fin metió un balón en la portería con la camiseta del Barcelona. Era su sexto partido oficial. Y quiso hablar el uruguayo para decir que estaba tranquilo, que no sufría porque no hubiera llegado todavía el gol: “Sabía que iba a llegar la oportunidad algún día”. Y se lució, “con un buen gol”. Y lo hizo en una de esas noches en las que Messi volvió a desplazarse a la derecha, para recordar viejos tiempos, para moverse con libertad, para dibujar diagonales. “Depende del momento, de adónde vaya Leo, yo me voy más para la derecha o juego como delantero centro. El de esta noche era más un partido para apuntalar a los dos centrales, ya nos lo había dicho el entrenador”, concedió Luis Suárez.

“Es un jugador muy completo que nos está ayudando incluso antes de volver a jugar. Sabíamos que el gol iba a llegar. Será el primero de muchos. Pero también nos aporta otras cosas claves para el beneficio del equipo”, le alabó el entrenador, Luis Enrique, que explicó que el intercambio de posiciones entre sus delanteros puede ser algo habitual en este equipo. No es que le guste más ver a Messi por la derecha, es que dependerá de cada partido y rival.

Han sido dos amarillas de infantil. Y la segunda el árbitro se la podría haber ahorrado, pero de estas cosas se aprende” Rafinha, jugador del Barcelona

“Estoy muy satisfecho con el partido, hemos generado muchas situaciones de gol ante un rival muy difícil, pero también hemos abarcado buenos conceptos ofensivos. Y no hemos sufrido más que en una ocasión. No siempre se puede dar la misma imagen, pero tenemos una idea clara de a qué jugamos y con esa idea vamos a morir”, explicó. Y destacó el primer tiempo del Barça, “espectacular”, según sus palabras. “El equipo ha hecho un partido completísimo. Es muy difícil que un rival de este nivel prácticamente no llegue al área”, concluyó. Le apoyan los números: el Apoel no hizo ni un lanzamiento a portería en toda la primera parte; tres en la segunda, uno de ellos entre los tres palos, el que propició la única acción en la que Ter Stegen pudo lucirse.

No lo hizo tanto Rafinha, que fue expulsado en el segundo tiempo, tras ser amonestado por segunda vez: “He metido el pie y lo he sacado, pero... Han sido dos amarillas de infantil. Y la segunda el árbitro se la podría haber ahorrado, pero de estas cosas se aprende”.

Aun sin Rafinha ganó el Barça. Y también lo hizo su principal rival en el grupo. “Sabíamos que el PSG era el favorito contra el Ajax en su estadio (3-1). Ahora sólo tenemos que hacer nuestro trabajo”, dijo Suárez. El Barcelona se jugará la primera posición de la liguilla contra el equipo francés el 10 de diciembre en el Camp Nou. Antes, claro, espera la Liga. Y el Valencia en Mestalla. Tiene claro el técnico por dónde empezar: “Aquí cambias de marejada a fuerte marejada en media hora, aquí pasas de ser un equipo bestial a que empiecen a generarse dudas, hablo de lo que se dice fuera… Y ahora nos toca preparar un partido dificilísimo para nosotros como es el del Valencia”.