“Me alegro si he puesto nervioso a Lorenzo”
Rossi, que lucha por el subcampeonato con su compañero, logra una pole cuatro años después y a rueda del mallorquín
Aunque el Mundial de MotoGP hace semanas que está decidido, con la corona en posesión de Marc Márquez, el circuito Ricardo Tormo asistirá a una interesantísima batalla por el segundo puesto este domingo. Interesantísima por los contendientes, dos viejos enemigos, dos campeones del mundo, más compañeros que nunca y tan rivales como siempre. Y por el valor que le han dado al título de subcampeón esos contendientes, con ganas de demostrar que quien tuvo, retuvo. Son Valentino Rossi y Jorge Lorenzo, cuya progresión este curso ha acompañado al desarrollo de la Yamaha, que ya es una máquina a la altura de la Honda con la que Márquez fue capaz de ganar las diez primeras carreras de la temporada. El año de ambos es admirable. Y tiene mucho que ver con la superación.
En el caso de Lorenzo, porque partía como favorito y sus objetivos se esfumaron en las dos primeras carreras de la temporada. Una caída y una salida nula lo borraron en un pispás de la lista de candidatos al Mundial. Las malas decisiones en pretemporada –tres operaciones en invierno y una deficiente preparación física–, su mal estado de forma en la primera mitad del curso, y unos nervios que dejaron de ser de acero le sentenciaron. Pero logró reponerse. En el caso de Rossi, porque cuando muchos le veían como un actor secundario él se puso delante del foco. Su regreso (dos victorias y doce podios en total) responde al trabajo diario: hizo cambios en su equipo, ha modificado su estilo de pilotaje y se alimenta de su rol como maestro de jóvenes talentos italianos en su academia de pilotos. Conseguir una pole cuatro años y medio después de la última –fue en Le Mans 2010– dice mucho de alguien que ya lo ha ganado todo.
Yo tiré, él me siguió, y me quitó el mejor tiempo. Es lícito, pero yo no suelo hacer esas cosas” Jorge Lorenzo, piloto de Yamaha
Ha recuperado Rossi la sorna, la picardía y las ganas de jugar (en la pista y ante los micros), como demostró este sábado después de conseguir esa pole. La logró, en parte, gracias a Lorenzo, cuya rueda siguió para ganar unas décimas maravillosas. Así escaló hasta lo más alto de la tabla: “Fue una pequeña ayuda. Confiaba en esa última vuelta porque era mi último intento, tenía más agarre con el segundo neumático, Jorge pasó y me ayudó a mejorar. Estos 15 minutos de clasificación tienen mucho de estrategia”. Así provocó el mosqueo de Lorenzo, que no pudo morderse la lengua: “Yo tiré, él me siguió, y me quitó el mejor tiempo. Es lícito, se puede hacer, pero yo no suelo hacer esas cosas. Y me sorprende que lo haga un piloto que ha ganado tanto. Me fastidia que salga delante de mí porque mi posición de salida es peor. Es como si uno te copia el examen cuando eres tú el que ha estado estudiando. Hubiera sido mejor cortar gas, pero decidí seguir para intentar mejorar”.
Y Valentino, tan contento: “Tuve la suerte de estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Me alegro si se ha puesto un poco nervioso”. Aunque sabe que el mallorquín tiene mejor ritmo que él –“Para pelear con él todavía tengo que mejorar un poco, después de las primeras vueltas cae nuestro rendimiento”– y que también lo tienen Márquez, sobre todo, y Pedrosa, que también participan en la fiesta. Los necesita Lorenzo para ganar esta batalla. Si es primero y se colocan entre él y Rossi, será subcampeón. Sin embargo, Márquez, el campeón, tiene un claro favorito: “Valentino depende de sí mismo, además está en la pole”. La 60ª de su carrera, la 50ª en la categoría reina. “¿Tantas? ¡Qué sorpresa, siempre fui un piloto del día de la carrera!”, avisa el Doctor.
Márquez contra Miller, Honda contra KTM
Aunque ninguno de ellos se llevó la pole –lo hizo Antonelli en su lugar, un invitado más a la fiesta– tanto Àlex Márquez, el líder de Moto3, como Jack Miller, el segundo clasificado, demostraron estar preparados para verse las caras este domingo en la pista. La jornada arrancará en el circuito Ricardo Tormo con una carrera que promete. Dos pilotos velocísimos con un estilo muy diferente –fino en la trazada el español, agresivo al manillar el australiano– y unas formas más distintas todavía –elegante y discreto en el cuerpo a cuerpo el primero, osado y atrevido el segundo, sin miedo a sobrepasar los límites– que se medirán en la pista dispuestos a apostar al todo o nada. Al menos, lo tiene claro el australiano: "Yo no tengo nada que perder", declaró. El español, por su parte, sólo quiere (o eso dice) centrarse en hacer una buena carrera, ganar si es posible, y no perder la cabeza. "Es el tío más tranquilo del mundo", dice de él su hermano Marc.
El pequeño de los Márquez será campeón de Moto3 si Miller gana la carrera y él acaba en el podio. También en los siguientes supuestos: si Miller es segundo, necesita ser al menos sexto; si Miller es tercero, necesita ser al menos décimo; si Miller es cuarto, necesita ser al menos 13º; si Miller es quinto, necesita ser al menos 15º; y si Miller no acaba entre los cinco primeros, será campeón pase lo que pase. Y lo que puede pasar es que no sólo haya dos pilotos compitiendo por el título, sino dos marcas y sus respectivos corredores. Si Kent ayudó al australiano en Malasia, Rins está también dispuesto a ayudar a su compañero Márquez como ya hizo en la sesión de clasificación del sábado. Las KTM le echarán un cable a Miller, pero hay otras Honda dispuestas a hacer lo propio con el líder.
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