El ‘infierno’ de Ferrer
Con la Copa de Maestros en juego, el español cambia de técnico por segunda vez en 2014 y cae a la primera en las citas de Shenzhen y Tokio.
Para David Ferrer, lo más parecido a un infierno. El número siete mundial cedió el lunes 6-4, 4-6 y 4-6 frente a Marcel Granollers en su debut en el torneo de Tokio, con lo que repitió la derrota a la primera de la semana pasada (torneo de Shenzhen), encadenó tres seguidas por primera vez desde 2008 y se complicó su clasificación para la Copa de Maestros, que desde el 9 de noviembre reúne a los ocho mejores tenistas de la temporada en Londres. Durante la preparación del sprint en el que luchará por llegar al torneo final, el séptimo mejor jugador de lo que va de curso, que tiene 32 años, ha tomado dos decisiones radicales que han rodeado de tensiones su trabajo: el alicantino decidió no acudir a Brasil a disputar la eliminatoria por la permanencia en el Grupo Mundial de la Copa Davis (España descendió por primera vez en 19 años) y por segunda vez este año cambió de entrenador, esta vez justo antes de emprender el viaje a China (cercenó su vínculo con José Altur).
“[La ruptura] ha sido meramente profesional, ya que personalmente nuestra relación ha sido muy correcta”, subraya por e-mail y desde Asia el tenista valenciano, que en enero dio por finiquitados 15 años de relación profesional con Javier Piles, el hombre que le cinceló desde niño y que ahora entrena a Roberto Bautista, el número 17 del mundo. "Tenía pensado otro proyecto de cara al año que viene y entonces, después del US Open, decidí que era el momento de dejarlo, ya que no tenía sentido ni para mí ni para José seguir hasta final de año. Sólo darle las gracias por su ayuda este año", prosigue el número siete mundial. "Terminaré el año con la ayuda de mi hermano Javier y mi fisio Rafa. Al terminar el año decidiré quién será mi nuevo entrenador cara al 2015".
Tras caer en tercera ronda del Abierto de EE UU, Ferru, el tenista de hierro, declaró sentirse "físicamente muy mal". El alicantino atacó el problema con una mezcla de pasión, dolor y sufrimiento que dejó sorprendidos a los suyos. Fuentes de su equipo describieron una situación de "desgaste" y "tensión" entre los miembros del grupo de trabajo. Espoleado por la legítima ambición de seguir siendo uno de los cinco mejores tenistas del mundo —acabó 2013 como el número tres—, Ferrer apretó de lo lindo y redujo su entorno a un grupo de su máxima confianza: su hermano, que debuta como entrenador en el máximo nivel; su agente de siempre y su fisioterapeuta, que fue su primer rival en las pistas.
‘Sprint’ a Londres
1. N. Djokovic, clasificado.
2. R. Federer, clasificado.
3. R. Nadal, clasificado.
4. S. Wawrinka, 4.795 puntos.
5. M. Cilic, 3.935.
6. K. Nishikori, 3.845.
7. D. Ferrer, 3.535.
8. T. Berdych, 3.510.
Según fuentes consultadas, en el trasfondo de la doble reconstrucción de un equipo que había permanecido intacto desde hace una década, y que incluye el adiós de David Andrés, su preparador físico, siempre flotaron dos partidos que han marcado la carrera de Ferrer a fuego, y en consecuencia la interpretación que él mismo hace de los picos y los valles de su trayectoria profesional: la final del Masters 1.000 de Miami 2013, que perdió contra Andy Murray tras parar el peloteo y pedir la revisión del Ojo de Halcón en punto de partido a favor (la máquina no le dio la razón); y los cuartos de final de Roland Garros 2014, en los que Rafael Nadal le remontó propinándole un 10-0 pese a haber cedido la primera manga. "¡He perdido el norte!", se gritaba Ferrer entonces.
La digestión de esos momentos dolorosos, que tienen que ver más con lo psicológico que con lo técnico, explica la búsqueda de un nuevo entrenador y el estrés con el que el español, un competidor tremendo, afronta el final de una temporada en la que solo ha ganado un torneo. Ferrer tiene por delante principalmente los torneos de Shanghái, Valencia y París-Bercy, donde no solo tiene que sumar, sino que ya tiene que mirar por el retrovisor lo que hacen tenistas del talento de Tomas Berdych, Milos Raonic, Andy Murray, Jo-Wilfried Tsonga o Grigor Dimitrov, que ambicionan un puesto entre los ocho mejores del planeta. Ferrer llegó a la Copa de Maestros en las últimas cuatro ediciones y se plantó en la final en 2007. Que vuelva a pisar o no ese escenario del máximo prestigio tendrá un peso clave en las decisiones que tome de cara a 2015.
Por otra parte, Rafael Nadal debutará hoy contra Richard Gasquet en el torneo de Pekín (10.00, C+), su primer partido oficial individual tras sufrir una lesión de muñeca que le ha tenido tres meses de baja. Ayer, en el dobles, perdió junto a Pablo Andújar y contra Isner y Berdych por 7-5, 4-6 y 6-4).
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