“No podía con mi alma encima de la moto”

Decidió parar. Darse un respiro. No entendía nada. Buscaba respuestas a un cansancio inusitado e insoportable. Nico Terol volvió de la República Checa con las ideas claras. Tenía que desconectar. Siguió el consejo de los médicos que le atendieron, entre ellos, el doctor Ángel Charte, responsable del equipo de medicina interna del Instituto Universitario Dexeus y también de la Unidad de Intervención Inmediata de MotoGP. Así que paró. Y sumó a la multitud de exámenes físicos que ya había pasado una analítica exhaustiva con la que pretendían descifrar el origen de la fatiga muscular que padecía. Luego se fue a su casa, en Alcoy, con su gente, a olvidarse de las motos. Y a descansar. "Llevaba muchos años sin poder descansar de verdad", concedía este jueves a su llegada al circuito de Misano. Se ha perdido un gran premio, el de Silverstone. Y ha tenido suficiente. "Después de ver una carrera por la tele, me noto con muchas ganas de pilotar. Estoy motivado a tope", dice. Ahora, después de todas aquellas pruebas, sabe que lo suyo era "sólo" un problema de coco.

Hay pocos pilotos más trabajadores que Terol. Pero la ansiedad no le había abandonado. Lo notó al comenzar el campeonato

"Era todo psicológico. Mi autopresión hacía que consumiera mucha más energía que cualquier otro piloto. Esto me producía agarrotamiento muscular, mareos, debilidad. No podía con mi alma encima de la moto. Era por el estrés que llevo encima. Llevaba años soportando una presión excesiva por mi parte. Y al ver que las cosas no iban bien con la moto al inicio del año la pelota se hizo más grande. La cabeza, a veces, te juega malas pasadas", explica. Y añade: "El año estaba siendo muy duro. Tenía unas expectativas muy altas de cara a este curso". Terol fue campeón de 125cc en el 2011. Al año siguiente debutó en Moto2. Fue un año discreto, de aprendizaje. En 2013 empezó a exigirse los resultados que corresponden a un campeón. Sobre todo, después de ganar la segunda carrera del curso, en Austin. Pero sólo sumó otros tres podios, dos victorias más incluidas. Y empezaron a aparecer los primeros episodios de fatiga muscular en una temporada llena de altibajos. Se habló de que padecía intolerancia a la lactosa, pero poco más se supo.

"Tuve algunos episodios hace un año, pero fueron aleatorios y poco a poco me recuperé, incluso pude ganar varias carreras", recordaba Terol hace unos días. Así que, en invierno, se encomendó a un mayor trabajo físico, a una mejor preparación, para este 2014. Hay pocos pilotos más trabajadores que Terol. Pero la ansiedad no le había abandonado. Lo notó al comenzar el campeonato. Volvieron a aparecer los mismos episodios de fatiga prematura que habían condicionado su rendimiento meses atrás. Y tras completar la primera parte de la temporada puso un punto y aparte a este curso para terminar descubriendo que el origen de sus problemas no era físico.

No puedo tocar más fondo. Ahora sólo hay que tener un poco de paciencia"

Ahora ha vuelto al circuito, dispuesto a recuperar las buenas sensaciones sobre la moto: "Lo importante es trabajar con objetivos cortos, pero hacia delante. Sin tener la obsesión de estar entre los primeros. Debo empezar de cero. Me he olvidado de verdad de las motos una semana y pico. Me sentó muy bien ver las carreras desde fuera y decir: 'a estos los he ganado yo. Puedo ganarles otra vez'. Eso me ayudó a relajarme". Ha recuperado su rutina de entrenamientos y aunque ha renunciado a ponerse en manos de un psicólogo –"Estuve trabajando a principio de temporada con uno, pero me estancaba; seguía con el mismo problema–, asegura tener la chispa necesaria para cambiar el rumbo de las cosas. "No puedo tocar más fondo. Ahora sólo hay que tener un poco de paciencia".