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Plurinacional, sucio y feliz

García Bragado termina en puesto de finalista, octavo, a los 44 años, en unos 50 kilómetros ganados abrumadoramente por el francés Yohann Diniz

Carlos Arribas
Diniz cruza la meta para ganar el oro.
Diniz cruza la meta para ganar el oro.M. BUHOLZER (AFP)

Un marchador nunca abandona, vomite, se vaya por la pata abajo o se le queden las piernas de palo. "Cuando termines de vomitar, sigue marchando", es la primera lección que reciben los chavales que se acercan a la especialidad. Y esta ley, más de marines de chaqueta metálica que de atletas, aparentemente la llevan grabada en sus genes quienes se dedican a la ingrata marcha. La tienen tan asumida que ni siquiera a los 44 años bien cumplidos y dos caderas operadas uno como Chuso García Bragado es capaz de abandonar, no una carrera, como los 50 kilómetros de la mañana de ayer, lluviosa, fría, cálida, soleada, ventosa y lluviosa (cinco estaciones en menos de cuatro horas recorrieron el centro de Zúrich), en la que acabó octavo 20 años después de su primera participación en un Europeo, una competición en la que nunca ha dejado de ser finalista excepto cuando le descalificaron en 1998 (terminó cuarto en el 94, y luego tercero en 2002, segundo en 2006 y quinto en 2010), y 21 años más tarde de su gran oro Mundial.

Este invierno decidiré si sigo un año más"

Lo consiguió lesionado y tocado (pero su cabeza y su sentido de la marcha son más grandes que sus achaques), con todas las apuestas en su contra. Con problemas musculares que sus obligaciones políticas (es concejal del PP en Santa Coloma de Gramenet) le impidieron en primavera cuidarse convenientemente, por lo que, aun compitiendo en viernes, viajó el domingo pasado con la selección para poder tratarse con el fisioterapeuta a tope.

García Bragado no abandona la marcha ni aunque le peguen un tiro, como tampoco la puede abandonar el ganador del día, un larguirucho francés de 36 años, hijo de emigrantes portugueses en Reims, donde el champagne y donde Mekhissi, llamado Yohann Diniz, quien, sin dejar de marchar, y muy deprisa entre las vías del tranvía (en un circuito tan incómodo batió el récord del mundo, dejándolo en unas increíbles 3h 32m 33s, casi a 15 kilómetros por hora de media), se fue dos veces por la pata abajo, y ganó con tanta suficiencia (casi cuatro minutos le sacó al segundo, el eslovaco Tóth) que hasta se paró unos segundos nervioso ante el último avituallamiento porque allí no encontraban lo que él quería, una bandera portuguesa que unir a la francesa que ya portaba, homenaje a su segunda patria (Diniz posee la doble nacionalidad). Después, en la conferencia de prensa, se acordó de Mekhissi y de su abuela. "Mi abuela era portuguesa, y se murió este año, y por ella he llevado la bandera y a ella le dedico la victoria", dijo. "Y a Mekhissi, porque es un gran chaval que se dio cuenta tarde de que cometió un error".

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Ganó así, plurinacional, sucio y feliz, Diniz su tercer oro europeo consecutivo, derrotando al maléfico imperio ruso, encarnado en Noskov (bronce) y Ryzhov (cuarto). Y simbólicamente también, el récord del mundo de Diniz borra de la lista a otro de los grandes sospechosos rusos, Nizhegorodov.

"Este invierno decidiré si sigo un año más", dijo Bragado, que cumplirá 45 años en octubre, tras una prueba en la que marchó con control metronómico, a su ritmo y con el objetivo de mejorar el tiempo del Mundial de Moscú, lo que consiguió. "Tengo que hablar con el doctor Rivas porque me han surgido unas molestias en el aductor y en el psoas, reflejo de que han vuelto a crecer las calcificaciones que me limaron en una cadera, aunque ahora no en la cabeza del fémur, como antes, sino en el cuello, y eso significa quirófano. Este invierno le echaré un pensamiento a si me opero para seguir, pero la marcha se está poniendo muy rápida. Hay que marchar por debajo de 3h 40m (su tiempo ayer, 3h 45m 41s) para estar en la elite".

El otro español participante, el leonés Francisco Arcilla, terminó 21º.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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