El mejor Sergio García corona a McIlroy
El norirlandés gana su tercer grande y a los 25 años solo le falta el Masters para completar el Grand Slam El español consigue meterle presión y es segundo a dos golpes junto a Fowler
Sergio García entró en el green del 18 como si fuera el campeón. Tocándose el corazón con la mano, al borde de las lágrimas por la ovación de la grada, henchido por lo que acababa de conseguir. No había ganado el Open Británico, no había logrado por fin a los 34 años su primer grande, pero había llevado al límite a Rory McIlroy en una jornada maravillosa de golf. La resistencia del español y del estadounidense Rickie Fowler convirtieron lo que parecía iba a ser un paseo del norirlandés en un combate en que los tres compitieron como fieras por la Jarra de Plata. Acabó besándola McIlroy, líder las cuatro jornadas, vencedor con 271 golpes, 17 bajo par, dos de ventaja sobre García y Fowler. El primer Open para Rory, su tercer grande después del US Open de 2011 y del Campeonato de la PGA de 2012.
La carrera de McIlroy pega otro acelerón tras unos meses en cámara lenta. A los 25 años, es el tercer golfista más joven de la historia en coleccionar tres de las cuatro patas del Grand Slam, a falta del Masters de Augusta. Solo hay dos jugadores más precoces. Y son los dos mejores de la historia, Jack Nicklaus y Tiger Woods. McIlroy se uniría a ellos y a Gene Sarazen, Ben Hogan y Gary Player si se corona en el Masters.
Sergio García y Rickie Fowler no estaban dispuestos a extender la alfombra roja a Rory. Si quería la copa, que la peleara. Así quedó escrito cuando el español abrió la soleada jornada en Hoylake con un birdie. El Niño apretó los dientes como si fuera Seve y el rugido de la grada lo sintió McIlroy. Claro que el norirlandés no es de los que se deja impresionar. ¿Birdie de Sergio? Birdie de McIlroy. Con lo que no contaba es con tanta terquedad del castellonense, que repitió el golpe en el tres y en el cinco. Y, entonces sí, Rory descubrió las dudas porque pasó por ese hoyo con un bogey. Había partido en Royal Liverpool. Comenzó un thriller hoyo a hoyo. McIlroy cogió aire con un birdie en el nueve... y Sergio García replicó con un eagle en el 10. Los dos pateaban de manera deliciosa, conscientes de que en cada paso iba un trocito de la Jarra de Plata. La cara del Niño reflejaba la tensión, la certeza de que su primer se dibujaba en el horizonte.
La cima depende a veces de un centímetro, y eso, media circunferencia hacia la derecha, fue lo que le faltó a la bola de García para hacer bingo en el 11 después de un golpazo en el cuello del green... Pero pasó de largo. La suerte que le faltó entonces le llegó en el siguiente hoyo, devuelta la bola al verde después de rebotar en los asientos de la grada... Y luego bogey de McIlroy después de irse a la maleza con el golpe de salida... A falta de cinco hoyos, el líder había visto cómo su ventaja adelgazaba a solo dos golpes... Sergio García se había vestido de cazador, le metía presión.
El Niño miró la bola. Estaba en el búnker del 15. Calculaba que un par de metros por delante sería una buena distancia para lograr el par. Se concentró y golpeó. La bola no se elevó lo que había proyectado. Golpeó la pared del búnker y volvió cerca de sus pies... Y ya. Ese bogey era demasiado. Se había derretido peleando y hasta ahí había llegado. McIlroy hizo birdie en el 16 y caminó hacia su primer Open por delante de García y de un genial Fowler, quinto este año en el Masters, segundo en el US Open y segundo también en Hoylake.
“Nunca pensé que con 25 años tendría mi tercer grande”, dijo McIlroy, emocionado al ver a su madre en el último hoyo, agradecido por el ánimo del público de Liverpool —“a pesar de que soy hincha del United”—. “He recuperado la pasión por el golf”, resumió; “es en lo primero que pienso cuando me acuesto y cuando me levanto. Quiero ser el mejor golfista que pueda ser”.
El padre de McIlroy estaba tan convencido de que su niño ganaría el British que hace 10 años apostó 400 libras junto a tres amigos a que Rory lograría el Open antes de los 26 años. Era 500 a 1. Esta era la última ocasión para cobrar el premio. Así lo harán, 200.000 libras. Es la era de Rory.
Clasificación: 1. R. McIlroy (Irl. N.), 271, 17 bajo par. 2. S. García y R. Fowler (EE UU), 273. 4. F. Furyk (EE UU), 275. 69. T. Woods (EE UU), 294.
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