“Aunque tuviera algo roto, correría”
Tras estrellarse, Hamilton maldice el problema en los frenos de su coche, distintos a los de Rosberg
Faltaban poco más de siete minutos para que la primera eliminatoria de la cronometrada concluyera, y como viene siendo costumbre este año, los dos Mercedes lideraban la tabla de tiempos; en cabeza Nico Rosberg y detrás de él su compañero, Lewis Hamilton. Con la mayoría de coches en pista, el británico afrontó una de las horquillas del circuito de Hockenheim, una curva a la izquierda, cuando su W05 se enroscó de forma repentina y salió despedido hacia las barreras de protección, convirtiendo al piloto en un simple pasajero de un proyectil que viajaba a más de 200 kilómetros por hora y lleva una inercia diabólica. El golpetazo fue terrible, tanto que el chico de Tewin tardó tres segundos en responder por radio con la voz entrecortada para decir que estaba bien, que pisó el frenó y que algo falló.
Después de pasar un reconocimiento en la clínica del circuito, Hamilton regresó a la caravana de su escudería y confirmó que solo arrastraba alguna magulladura en las rodillas del impacto pero que al día siguiente estaría en la plaza de la parrilla que le correspondía (la 15ª), aunque también puede decidir salir desde los garajes. “No me lo puedo creer, pero estas cosas pasan. Nos están poniendo a prueba. Me duele un poco el cuerpo, pero aunque tuviera algo roto correría mañana”, dijo Hamilton, que en el choque tuvo que soportar una fuerza de 30G.
Según los primeros estudios realizados por Mercedes, la causa del accidente fue la rotura del disco de freno de la rueda delantera derecha, que no actuó como debía. Sí lo hizo el izquierdo, que clavó el neumático y eso hizo que el monoplaza trompeara como si fuera un compás. La escudería alemana informó después de que los discos los había estrenado Hamilton en el entrenamiento matinal, mientras que los que equipaba el bólido de Rosberg eran completamente nuevos. Se da la circunstancia de que uno y otro emplean especificaciones y marcas distintas en función de su estilo de pilotaje, de cómo frenan y con qué intensidad. Hamilton usa Brembo, su vecino prefiere Carbon Industrie.
“Yo tampoco me sentí nada bien con mis frenos. Los cambiamos antes de la cronometrada pero no estuve cómodo en ningún momento. Luego pudo adaptarme, pero lo pasé especialmente mal en la Q1. De cualquier modo, nuestros frenos son distintos, así que no puedo asegurar que mi problema fuera el mismo que el suyo”, explicó Rosberg. “Nosotros llevamos varias carreras sin ningún problema de frenos, y tampoco hemos tenido ninguno durante todo el fin de semana”, convino Fernando Alonso, uno de los que, como Hamilton, pisa el pedal de la izquierda con más agresividad. De cualquier forma, hará bien Mercedes en repasar un componente que ya le ha dado a la marca de la estrella un par de sustos (Canadá y Austria).
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