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Colombia se vistió de amarillo para recibir a su selección

Más de 100 mil aficionados llenaron el parque Simón Bolívar en Bogotá para agradecerle a su selección haber llegado tan lejos

El autobús de la selección colombiana se abre paso entre la multitud
El autobús de la selección colombiana se abre paso entre la multitudG. Legaria (AFP)

Un mar de colombianos recibió en Bogotá a la selección cafetera en una fiesta sin precedentes que comenzó desde las seis de la mañana. Miles de aficionados intentaron llegar hasta el aeropuerto El Dorado para ver bajar del avión a sus 23 héroes y al seleccionador argentino José Pekerman. La aeronave fue recibida con un arco de agua, como solo sucede con las personalidades más ilustres. Un tapete rojo les dio la bienvenida a un país al que hicieron soñar durante 22 días.

Así comenzó una celebración que quedará grabada en la memoria de todos los colombianos y un recorrido que pasará a la historia porque el amarillo, el de la camiseta de la selección, se propagó como una gran mancha por las calles capitalinas por más de dos horas. Los aficionados pudieron acompañar el autobús de dos pisos y sin techo desde donde James Rodríguez, David Ospina y Juan Guillermo Cuadrado saludaban. “¡Gracias mi selección, se demostró que sí se puede!”, decía uno de los cientos de carteles que exhibían los aficionados.

A paso lento, en medio de la multitud que corría, otros en bicicleta y en autos, muchos abandonados en la mitad de la calle por el atasco monumental que se armó, avanzó la gran caravana. Todos querían verlos de cerca y darles las gracias. “Esto es una dicha inmensa. Estoy agradecida por tantas alegrías”, decía una mujer que corrió por más de una cuadra para alcanzar el bus, donde Pekerman ondeaba la bandera tricolor y sus pupilos lo señalaban con el dedo, para que la multitud lo ovacionara.

La selección colombiana hace el baile que popularizó en Brasil
La selección colombiana hace el baile que popularizó en BrasilD.S (AFP)

“¿Quién dice que no se puede amar a 11 hombres al mismo tiempo?”, decía el cartel de una mujer en el parque Simón Bolívar, el destino final de la caravana y donde más de 100.000 aficionados estallaron en aplausos con la llegada de la tricolor. Una nube de mariposas amarillas de papel, las que tanto amaba el Nobel Gabriel García Márquez, se posó sobre el parque por unos instantes y la fiesta comenzó. “Gracias Pekerman por darnos tanta felicidad”, “Fuerza Zúñiga” -el lateral que tuvo un choque con Neymar en el partido con Brasil y que ha sido fuertemente criticado en redes sociales- eran algunos de los mensajes que se repetían una y otra vez.

Ya sobre la tarima, los jugadores hablaron y bailaron como lo hicieron en Brasil para celebrar cada uno de los 12 goles que hicieron vibrar a todo un país, y que fueron repetidos durante toda la mañana en las emisoras. El primero en tomar el micrófono fue el lateral izquierdo Pablo Armero, que invitó a la multitud a mover las caderas. Luego vino Pekerman, que emocionado dijo: “siempre los sentimos cerca, esto es un despertar, estamos a la altura de los mejores”, mientras el público le gritaba que era el más colombiano de los argentinos. Y remató James Rodríguez, quien recordó al lesionado artillero del Mónaco, Radamel Falcao. “¡Te queremos mucho!”, dijo para luego entonar el coro que decía “¡soy colombiano, es un sentimiento que no puedo parar!”. 

Lo que vino después fue puro baile. Y al ritmo del Ras… Tas… Tas… que el mundo entero vio y disfrutó en Brasil, y que hizo famoso a James y compañía cada vez que anotaban, se cerró esta bienvenida para el recuerdo. Colombia orgullosa, cantó con la mano puesta en el corazón esa primera estrofa de su himno que en estos días ha provocado tantas lágrimas de alegría: “Oh, gloria inmarcesible, oh, júbilo inmortal”. Sin duda, para Colombia, como lo dijo Mario Alberto Yepes, el capitán de los cafeteros, “este sueño continua”.

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