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Un sacamuelas sin anestesia

El dentista Colin Kolles reaparece en el ‘paddock’ como consejero de los nuevos propietarios del equipo Caterham

Oriol Puigdemont
Colin Kolles.
Colin Kolles.Mark Thompson (Getty Images)

A sus 29 años, Roldán Rodríguez se ve a sí mismo como un ex piloto. Consideraciones personales al margen, el vallisoletano es otra de las víctimas del canibalismo que desde hace tiempo se ha instalado y rige del Mundial de Fórmula 1, un certamen absolutamente politizado en el que nada es lo que parece. Nos situamos a finales de 2007. Tras varios años en Fórmula 3 y GP2, Rodríguez realiza varias pruebas al volante de un Force India, escudería que está interesada en incorporarle como titular con vistas a 2008. Después de subirse al monoplaza en pretemporada aquí, en Silverstone, y en Jerez y Montmeló, el acuerdo parece cerrado entre ambas partes. Sin embargo, algo no encaja y el español no consigue la superlicencia, una especie de carnet que la FIA exige a cualquiera que quiera alistarse en un gran premio.

El equipo argumenta que sus tiempos son demasiado altos y que por eso no ha obtenido el permiso. Resultado: el coche va a parar a manos de Giancarlo Fisichella y Rodríguez pierde una inversión que supera los dos millones de euros, aunque después los recuperara en los juzgados.

En aquella causa su contrario era Colin Kolles, el jefe de Force India, un ejecutivo que en los últimos años ha ido apareciendo y desapareciendo, como el río Guadiana, siempre que ha habido algo de dónde rascar. En las últimas horas, su nombre ha vuelto a escena a raíz de la venta de Caterham a un grupo de inversores suizos y de oriente medio, con Kolles como consejero.

Nadie en el ‘paddock’ conoce exactamente la historia personal de este individuo, y quienes han coincidido con él en el pasado prefieren no hablar porque la mayoría han salido trasquilados.

De él ha trascendido su fecha y lugar de nacimiento (Timisoara,1967), que su padre tenía amistad con el dictador Nicolae Ceausescu, que es dentista de profesión y que de alguna forma ha conseguido en más de una ocasión que Bernie Ecclestone le eche un cable, o dos.

“Digamos que es un hombre de negocios que no desaprovecha una oportunidad cuando se le presenta”, asegura alguien que le conoce bien por haber tenido que lidiar con él. “Lo siguiente que va a hacer con Caterham será comenzar a reducir costes a base de echar gente de la que hay ahora y colocar a otros afines a él, a un precio mucho más reducido”, añade esta fuente, que ofrece un par de ejemplos del modo de proceder del tipo en cuestión: “Es capaz de cobrar como director de equipo y después hacerlo también por el alquiler de los camiones, del material y hasta del catering. Eso lo hizo estando en HRT –Kolles gestionaba el equipo mientras este fue propiedad de la familia Carabante–”. “Lo único que puedo hacer ahora es alertar a todos aquellos chicos que, como hice yo en su momento, se fían de según qué personas. Que tengan cuidado porque yo me equivoqué”, comenta Rodríguez al otro lado del teléfono. “Hay que ir con mucho cuidado porque en la F-1 las cosas no son lo que parecen la mayor parte de las veces”, remacha desde España.

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