_
_
_
_
_

Harry presencia un bodrio

Inglaterra se despide con su versión más deprimente ante los ordenados ‘ticos’

Diego Torres
Rooney se lamenta en la despedida de Inglaterra.
Rooney se lamenta en la despedida de Inglaterra.DENNIS SABANGAN (EFE)

El príncipe Harry asistió a un bodrio en el Mineirão. El cuarto heredero al trono de Inglaterra en la línea sucesoria tuvo coraje para presentarse en el palco. Nada hacía suponer que su selección haría algo digno de recordar, y así fue. El equipo ofreció su versión más deprimente, culminación y despedida de un torneo calamitoso. Los aficionados ingleses, normalmente, ruidosos y cantarines, permanecieron en silencio durante largos minutos porque lo que veían en el campo no tenía forma, ni contenido, ni tampoco espíritu. En un partido en el que no se jugaba apenas nada, Costa Rica mantuvo el nivel y se exhibió con solvencia. Que el conjunto del pequeño país centroamericano acabe con siete puntos y primero del grupo D, el que dio en llamars Grupo de la Muerte, por delante de Inglaterra, Italia y Uruguay, tres campeones mundiales, dice mucho del mal juego de Inglaterra. El equipo que representa la Liga más opulenta y más seguida del planeta abandona Brasil con un punto.

Roy Hodgson, el seleccionador inglés, se mostró desorientado durante todo el periplo sudamericano. En Belo Horizonte abundó en su perplejidad y en la de sus jugadores, que no salen de la confusión. El seleccionador inglés no había demostrado confianza por Shaw, Wilshere, Barkley o Lallana. Estos elementos de la nueva hornada de futbolistas británicos se caracterizan por un sentido diferente del juego. A diferencia de generaciones anteriores, se encuentran más cómodos elaborando en corto, o a ras de hierba, que jugando en largo y por arriba. Hodgson los consideró la segunda unidad de su cuadrilla. Los reservó hasta que todo estaba perdido. Entonces, ya eliminados, contra Costa Rica, los puso de titulares.

Desmoralizados por la falta de respaldo del entrenador y por su condición de descalificados, los ingleses no consiguieron plasmar nada concreto sobre el campo. Chocaron una y otra vez contra Costa Rica. El equipo que dirige Jorge Pinto se maneja con una sincronía admirable en defensa. No solo ayudan todos sino que lo hacen en un orden difícil de descubrir en este campeonato. Los talentosos Lallana, Barkley y Sturridge andaban tan perdidos que se les anticiparon casi siempre. Los ticos robaron la pelota con la misma naturalidad con que la jugaron. Sin complicarse, Borges y Ruiz articularon las jugadas y fueron agrupando compañeros hasta poner en aprietos a la defensa rival. No crearon grandes ocasiones, aparte de un tiro libre de Borges que pegó en el larguero, pero tampoco les hizo falta. Con un empate eran primeros de grupo.

Inglaterra equilibró el partido en la segunda parte. Lo hizo a fuerza de empuje y de agresividad. Pegó más, pero nunca tuvo más le pelota ni remató más que su adversario. Su retirada de la Copa fue penosa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_