Kerzhakov aplaca a Corea
Punto valioso para los asiáticos, que se adelantaron en el marcador después de una pifia monumental de Akinfeev, portero de Rusia
El día que el Mundial coronó a un portero, el mexicano Ochoa, Corea estuvo a punto de saborear el triunfo en su estreno mundialista después de que Akinfeev, el meta de Rusia, protagonizara una pifia monumental. El empate fue un premio importante para Corea y se antoja insuficiente para el cuadro que prepara Fabio Capello, que solo reaccionó a la hora de partido, después de encajar un gol absurdo y tras la entrada en el campo de Dzagoev y Kerzhakov, castigados con la suplencia por el italiano. El delantero del Zenit, ex del Sevilla, anotó la igualada en el primer balón que tocó y tras un barullo en el área de Corea, que cometió el pecado de replegarse después de anotar su tanto. Da la impresión de que Rusia, Corea y Argelia pelearán por la segunda plaza de un grupo H liderado por Bélgica.
Hay algo que Fabio Capello inocula de forma permanente a los equipos que entrena. Esencialmente, un gusto por el orden, la disciplina y el rigor táctico que provoca alguna que otra situación extraña. Por ejemplo, que una selección como la rusa, sinónimo en ocasiones del talento individual, como en la Eurocopa 2008, juegue ante Corea más pendiente de guardar su zona que de morder a un rival competitivo pero sin los galones suficientes como para asustar a Rusia.
El cuadro de Capello, formado solo por jugadores de la liga local, guardó un importante respeto a Corea. Su ritmo con el balón fue lento, parsimonioso, sin la velocidad necesaria para sorprender a un rival de mucha fuerza. Rusia apenas tiró a puerta y solo se estiró en algún que otro minuto. Por ejemplo, en dos minutos, entre el 31 y 33, se atrevió a crear algo de peligro con un par de disparos desde fuera del área. El primero, una falta lejana muy bien sacada por el veterano Ignashevich que despejó con algún apuro Jung. Apenas había muestra del talento de Kokorin, la nueva joya del fútbol ruso, mientras Dzagoev, su jugador más destacado, se quedaba en el banquillo por orden del jefe Capello.
RUSIA, 1-COREA, 1
Rusia: Akinfeev; Eshchenko, Ignashevic, Berezutski, Kombarov; Glushakov (Denisov, m. 72); Samedov, Fayzulin, Zhirkov (Kerzhakov, m. 70), Shatov (Dzagoev, m. 59); y Kokorin. No utilizados: Kozlov, Shchennikov, Semenov, Kanunnikov, Lodygin, Granat, Mogilevetc, Ryzhikov e Ionov.
Corea del Sur: Jung; Lee Yong, Kim Youngwon, Hong (Hwang, m. 73), Yun; Ki, Han, Lee Chungyong, Koo; Son (Kim Bokyung, m. 83) y Park Chuyoung (Lee Keunho, m. 55). No utilizados: Kim Changsoo, Kwak, Ha, Park Jongwoo, Kim Shinwook, Ji, Kim Seunggyu, Park Jooho y Lee Bumyoung.
Goles: 0-1. M. 68. Lee Keunho. 1-1. M. 73. Kerzhakov.
Árbitro: Néstor Pitana, de Argentina. Amonestó a Son, Ki, Shatov y Koo.
Arena Pantanal de Cuiabá. 37.603 espectadores.
Corea, mientras, parecía contenta con el empate. Se ha convertido en una selección que sabe competir, pero le falta un punto de calidad. Se observó en las dos grandes carreras que hizo Son, tan eléctricas como mal ejecutadas. Es un grupo con muchos jugadores fogueados en una competición tan exigente como la Bundesliga. Entre el conservadurismo ruso y la falta de puntería de los asiáticos, el empate a cero reinó en el mercador.
Akinfeev, que había amagado con el error en varios disparos lejanos de los coreanos, protagonizó el error del torneo hasta el momento cuando se le doblaron las manos tras un tiro desde fuera del área de Lee Keunho. Tremendo el fallo del guardameta ruso, de amplísima experiencia. El tanto encajado, no obstante, permitió que Capello se atreviera a dar un paso adelante con los cambios. Con Dzagoev y Kerzhakov en el campo, Rusia soltó amarras y pudo, al fin, superar el ordenado entramado de los coreanos, que se replegaron demasiado. Apretaron los europeos, que lograron el empate y buscaron el triunfo hasta el final. Rusia pagó caro haberse despertado tan tarde y Corea, humilde, disfrutó de su primer punto del torneo.
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