De golpe en golpe, hasta la victoria
El Atlético se sobrepuso encorajinado a las lesiones de Diego Costa y de Arda Turan El delantero teme perderse por una dolencia en la pierna la final de la Champions del día 24
"Vamos a ganar la Liga, no sé si porque empataremos o porque ganaremos, pero de lo que estoy seguro es de que vamos a sufrir", aventuraba un seguidor del Atlético a las puertas del Camp Nou. Su pensamiento fue reforzado por las dos lesiones madrugadoras de Diego Costa y Arda. Sin embargo, de esos contratiempos surgió un equipo campeón, que se repuso hasta hacerle saber al Barça y al Camp Nou que era un campeón legítimo, refrendado por ese gol de Godín que rubricaba una superioridad y una autoridad en el juego insospechada.
Del diminuto punto rojiblanco que formaban los seguidores del Atlético en el último anfiteatro del Camp Nou apenas se distinguió la ovación que le dedicaron a Diego Costa cuando salió a calentar. Nada en sus ejercicios, realizados al ritmo que marca el Profesor Ortega, pareció fuera de lo normal. Luego, peloteó en largo y en corto. Tampoco se le apreció dolor en la primera pelota aérea que disputó con Piqué. Cuerpeó con el central azulgrana y saltó con todo para marcar territorio. Todo normal, hasta que al Atlético se le presentó por primera vez el paisaje que más deseaba. Un robo, Koke en conducción libre de obstáculos cercanos por el medio, a la derecha, Villa, y, a su izquierda, Diego Costa.
El delantero sufre un problema muscular en la cara posterior del muslo derecho
Cuando Koke quiso girar el cuello para reubicar a Costa y darle el balón este ya no estaba en su línea de pase. Se había frenado, derrotado, ante lo que percibió que era su adiós al partido y quién sabe si a la final de la Liga de Campeones y al Mundial.
La escena fue muy parecida a la que se produjo en el partido de ida de los cuartos de la Liga de Campeones. El mismo escenario, aunque más dramatismo. Hundido, Costa se fue al banco entre lágrimas. Allí lo recibieron sus compañeros, fisioterapeutas y utilleros. No quería saber nada de nadie. Con una toalla cubriendo su cabeza y su rostro, siguió sollozando mientras Simeone abroncaba a Adrián por su tardanza en prepararse para salir. Lesión muscular en la cara posterior del muslo derecho comunicó el club, la misma región que le había hecho perderse el encuentro ante el Málaga. Fue el martes cuando entre el cuerpo técnico, el jugador y los servicios médicos se decidió que jugara en el Camp Nou. Ayer, incluso, se preguntó al jugador por cómo se sentía antes de incluirle en la alineación.
Simeone abroncó a Adrián por su tardanza en salir y acabó sustituyéndole
No había digerido ese golpe el Atlético cuando Arda también se resentía de un golpe. La jugada le pilló en la banda contraria al banquillo. Hasta allí caminó despacio, recibiendo ánimos de Koke y de Cesc, también con los ojos acuosos. Perdíó Simeone en un cuarto de hora a dos de sus futbolistas más decisivos en ataque. Sin Costa, se quedaba sin el futbolista que necesitaba para alargar el equipo y, sin Arda, sin su jugador más distinto para desequilibrar y esconder el balón. Los recambios escogidos por El Cholo fueron Raúl García y Adrián. El primero corrió y se fajó como siempre en el juego aéreo, el segundo trató de hacer de Costa desde su velocidad. No le debió satisfacer a Simeone lo que vio en la casi hora de juego en el campo porque metió a Sosa y le sentó a él. A Adrián tampoco le sentó bien la decisión y se encaró con el Mono Burgos. Para entonces ya había empatado Godín. Pero antes de ese gol, tanto contratiempo, tanta lesión inoportuna habían servido para que el equipo se rebelara como el campeón que es.
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