La herencia de Hiddink
Tras los vaivenes técnicos e inspirada en el espíritu de 2002, Corea del Sur se aferra al dinamismo y la disciplina táctica de sus futbolistas
A bote pronto, el nombre de Hong-Myung Bo no dice nada para el aficionado español. Para contextualizarlo es necesario remontarse 14 años atrás, al Mundial 2002. En aquel torneo, organizado de la mano con Japón, la selección de Corea del Sur logró un registro histórico con Guus Hiddink en el banquillo. En aquella cita, el combinado alcanzó las semifinales tras dejar en el camino a rivales como Portugal o Italia. También a España. Y fue precisamente Hong-Myung Bo, en la tanda de penaltis, el ejecutor del equipo dirigido por José Antonio Camacho.
Hoy día, ese central espigado que ostenta el récord de internacionalidades con el cuadro asiático (135) es quien ocupa la banqueta. Tomó las riendas después de que los Guerreros Taeguk firmasen una tumultuosa fase de clasificación en la que dieron varios bandazos y que costó el cargo a otros dos técnicos. En ese camino, Corea del Sur sufrió varias derrotas que le dejaron ante el abismo y tuvo que recurrir finalmente a la calculadora para lograr el billete hacia Brasil. El 5-1 de Uzbekistán ante Qatar le permitió eludir la repesca. Será la novena vez que dispute la fase final de un Mundial, más que ningún otro equipo del continente. No falta al evento desde 1986. En el último fue apeada en octavos por Uruguay.
Inspirado en la herencia de Hiddink, el nuevo seleccionador ha moldeado un equipo batallador y dinámico, en el que prevalece siempre el bloque sobre el individuo. Disciplinado, técnico y veloz, el futbolista coreano ofrece garantías. Por eso, la Bundesliga ha reclutado a cinco de ellos y la Premier a cuatro. Heung-Min Son, atacante de 21 años, ha firmado nueve dianas con el Leverkusen este curso. Él es la referencia. Chung-Yong Lee, habilido interior del Bolton, es el nuevo capitán. Y Ja-Cheol Koo (Mainz) y Sung-Yong Ki (Sunderland) son quienes disponen y ordenan en el centro del campo. Adversaria de Bélgica, Argelia y Rusia, la remozada Corea se agarra al espíritu de 2002.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.