El día de gloria de Niki Terpstra

Servais Knaven ya tiene un heredero. El ciclista holandés Niki Terpstra, de 29 años, triunfó este domingo en la Paris-Roubaix, tras atacar en solitario a falta de cinco kilómetros para llegar al velódromo de la ciudad norteña de Francia. El corredor del Omega aprovechó el marcaje entre los favoritos, Fabian Cancellara, Peter Sagan y Tom Boonen, en el final de la carrera para llevarse la clásica de los adoquines y suceder así en el palmarés de la prueba a su compatriota y excompañero de la Milram (ahora director deportivo en el conjunto británico Sky), trece años después de que ganara en el 'Infierno del Norte' bajo la camiseta de la potentísima Mapei.

La coronación de Terpstra se parece mucho a la que fue la de Knaven. En 2001, el holandés obtuvo el permiso para darse a la fuga por parte de su líder Johan Museeuw mientras aún les faltaban diez kilómetros para llegar a la meta. En el grupo delantero, además de Knaven y Museeuw, estaban el campeón del mundo Romain Vainsteins; el alemán Steffan Wesseman, el norteamericano George Hincapié y dos belgas, Ludo Dierckxens y Wilfried Peeters, su actual director deportivo. Esta vez, con Boonen, Sagan y Cancellara, estaban el alemán John Degenkolb, que acabó segundo en la pista de Roubaix, el checo Zdenek Stybar, los británicos Geraint Thomas y Bradley Wiggins, el belga Sep Vanmarcke y el holandés Sebastian Langeveld.

Terpstra y su Omega, dirigido por el mismo Patrick Lefévère que guió a Knaven hace 13 años,  no hicieron nada más que reproducir la estrategia triunfadora de entonces. "En el último tramo adoquinado (en la localidad de Hem, a falta de once kilómetros), Wilfried me ordenó atacar. En caso de que yo fallara, teníamos a Tom Boonen en el grupo detrás para conseguir la victoria en el sprint", declaró Terpstra. En realidad, el holandés esperó unos kilómetros más, en un tramo de asfalto, para lanzar su ataque decisivo. "Empecé a creer en la victoria sólo en la última curva, no pude oír las diferencias en el pinganillo debido a los gritos de los espectadores. Es muy conmovedor llegar solo en el velódromo", añadió el ciclista en rueda de prensa.

Preguntado por este periódico, Terpstra se declaró "muy contento por poner fin a una serie sin victorias" para los Países Bajos. "Cuando fui compañero de Knaven en la Milram, hablamos mucho sobre la carrera en ese momento. Sabía que fuera capaz de ganármela." En 2012, el delgado holandés con ojos azules acabó quinto. El año pasado, terminó tercero. "No he pinchado ninguna vez este año, ni siquiera me he enfrentado a problemas mecánicos. Era mi día de fortuna", zanjó.