Cita anticipada con Spanoulis

La cartografía del Madrid de Pablo Laso señalaba que entre Kaunas y Milán había 1.500 kilómetros de distancia y una escala en Atenas en el cruce de cuartos rumbo a la final four. Pero la inopinada derrota ante el Zalgiris (87-80) cambió a última hora el enemigo de los blancos —será el Olympiacos y no el Panathinaikos—, emborronó su hoja de ruta y les abocó a una escarpada eliminatoria ante el bicampeón de Europa. La calamitosa gestión del último cuarto (31-20), la descomunal actuación de Justin Detmon (36 puntos, con un 7 de 11 en triples, para un 40 de valoración), los pobres porcentajes de tiro y su inferioridad en la pelea por el rebote llevaron al Madrid a su tercera derrota de la temporada en 55 partidos oficiales, la primera con trascendencia directa sobre el futuro del curso.

Los blancos cedieron el primer puesto de su grupo en favor del CSKA y se medirán al ogro más reciente de su enciclopedia: Vassilis Spanoulis. El hombre que hace un año les apartó de la conquista europea en la final de Londres (100-88). De rebote, además, se enfrentarían al Barcelona en una hipotética semifinal si los azulgrana superan su cruce con el Galatasaray. CSKA-Panathinaikos y Armani Milán-Maccabi, completan las eliminatorias al mejor de cinco partidos con formato 2-2-1 que se disputarán entre el 15 y el 25 de este mes.

Antes de la de anoche, el Madrid se había medido con éxito al Zalgiris en tres ocasiones durante este curso: ganó por 20 puntos en el partido que abrió la competición (63-83), repitió victoria esta vez por 28 puntos en la sexta jornada de la primera fase (95-67) y arrolló por 36 en el séptimo encuentro del top-16 (108-72). Además el conjunto lituano solo había ganado uno de sus 13 partidos anteriores en el propio top-16. Pero, en el día clave, llegó el patinazo. El peor partido en el peor momento. Apenas Sergio Llull, con 23 puntos, estuvo a la altura en un equipo que entre la fatiga y la suficiencia acabó por complicarse la vida, incapaz de contener al cuadro lituano que se dio un homenaje en el debut de Krapikas como nuevo técnico en sustitución de Stombergas. De haber finalizado primeros de grupo, los de Laso habrían dejado al otro lado del cuadro a sus tres rivales en la pasada final four; de esta manera, tendrían que derrotar a los tres sucesivamente para ser campeones de Europa.

Detmon, con 36 puntos y 40 de valoración, selló la derrota en Kaunas de los blancos

Mientras el Madrid entraba en el laberinto el Barcelona encontraba rival. Les espera en su camino hacia Milán el Galatasaray que concluyó con siete victorias y siete derrotas el top-16 tras superar al Partizán (64-55) en la última jornada. Un cruce a priori asequible aunque los azulgrana han emborronado en apenas una semana su notable expediente de este 2014. El conjunto de Xavi Pascual, que entre enero y marzo firmó un balance de 26 victorias y tres derrotas en 29 partidos (12-2 en Liga, 2-1 en la Copa y 12-0 en el top-16), ha perdido tres partidos consecutivos en lo que va de abril ante Armani Milán (91-63) y Laboral Kutxa (86-97) en la Euroliga y ante el CAI en la ACB (85-79). Con el exnba Carlos Arroyo —máximo anotador (16,2 puntos) y jugador más valorado de los suyos— manejando el timón, los turcos destacan por su buena nómina de aleros anotadores con Hairston, Domercant, Akyol y Guler, mientras que, por dentro, cubrieron la baja del exazulgrana Nathan Jawai —de baja desde octubre tras un traumatismo cervical que le generó una oclusión vascular— con Pops Mensah-Bonsu para completar su juego en la pintura que lideran Erceg y Macvan.

Por el otro lado del cuadro, el CSKA de Messina se encontrará con el Panathinaikos de Dimantidis que el año pasado estiró su resistencia en las eliminatorias de cuartos ante el Barcelona hasta el quinto partido. Las series se completan con el Armani Milán-Maccabi. Los anfitriones cayeron (95-85) ante el Unicaja en la última jornada.