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Contador pega primero

El ciclista de Pinto gana el duelo a Valverde en la primera etapa

Kreuziger y Contador, en el País Vasco.
Kreuziger y Contador, en el País Vasco. efe

En los duelos serios, es decir, los que no son de salón, de noches y olvidos, nadie falta a la cita. Alberto Contador y Alejandro Valverde acudieron prestos a la cita fijada en el Alto de Gaintza, por el que se pasaba dos veces, la primera para afinar puntería, la segunda, para acertar en la diana, porque estaba a seis kilómetros de descenso hasta la meta. Los duelos siempre tienen un componente psicológico nada desdeñable: la mirada, la firmeza de la mano, los padrinos, alguna exhibición si llega el caso. En este caso las armas no eran las bicis (todas son último modelo), ni las manos, bien apretadas al manillar, sino las piernas, el motor que hace girar a esa burra vaga a la que si no das pedales no camina.

El Movistar y Valverde fueron los primeros en estrenar el diván de la Vuelta al País Vasco, cuando antes de llegar a la primera subida a Gaintza (el principal de los ocho puertos de la etapa), comandaron el pelotón en una muestra de galones relucientes con el Tinkoff de Contador oliendo su andadura. Subiendo el alto, el equipo ruso decidió que era su turno. Jesús Hernández puso en fila a la clientela mostrando los mismos galones que su rival, hasta que Valverde tiró a todos del diván con un ataque sostenido al que resistió Contador aunque el murciano pudo poner unos metros de distancia antes de la pancarta montañera. De pronto, cogió la botella de agua de un espectador dando por bueno el ataque psicológico. Y todo volvió a su lugar, pero la primera consulta de Gaintza, un muro corto pero duro, la había ganado Valverde a los puntos.

CLASIFICACIONES

Etapa y General: . Contador (Tinkoff), 2º. Valverde (Movistar), a 14 s. . Kwiatkowski (Omega), a 34 s. 4º. Trofimov (Katusha), a 34 s. . Cunego (Lampre), 36 s.

Por delante habían circulado cuatro aventureros (Montaguti, Villella, Sicard y Ferrari) hasta que el pelotón los mandó a la sala de reposo. Luego hubo amagos de Gilbert, de Vanendert, de Txurruka, favorecidos por lo escarpado del terreno, sin áreas de descanso, pura carretera de media montaña. Poco antes del penúltimo puerto, todo se puso en orden. Y vuelta a la consulta, al duelo colectivo, entre Movistar y Tonkoff, y personal entre Valverde y Contador.

Tras un acelerón de Intxausti, Valverde se coló de nuevo en la consulta, pero esta vez su guerra era real, no psicológica. Y, claro, se le pegó Contador, que también tenía cita. Cuando el de Pinto, apretó los dientes y las manos, su ataque fue brutal, sentado, poderoso, luego levantado pero igual de poderoso, porque ganaba metros como otros pierden kilómetros. No había tiempo para romper relojes, pero sí cambió la hora de la carrera. Por el alto pasó con 15 segundos de ventaja sobre Valverde, suficientes para ganar la etapa tras la rápida bajada. Valverde entendió que la bala de Contador le había herido y taponó la herida porque mañana será otro día. Por detrás un grupo de siete les miraba de lejos. Luego un rosario de cuentas perdidas, rezando por llegar y acabar ese via crucis de cuestas arriba y cuestas abajo. En los duelos, no siempre gana el primer tiro. A Valverde se le fue al aire; Contador dio en la diana. El resto, con taparse tuvieron suficiente.

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