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El Valencia, ante 75 espectadores

El equipo de Pizzi, que juega contra el Basilea a puerta cerrada, se ve beneficiado por tercera vez de los contratiempos rivales

Pizzi charla con Fede Cartabia durante el entrenamiento.
Pizzi charla con Fede Cartabia durante el entrenamiento.ALBERTO IRANZO (DIARIO AS)

El Valencia parece bendecido en la presente edición de la Liga Europa, facilitado su avance en el torneo por los contratiempos de los rivales. El último, esta noche en Basilea (21.05, GolT): el equipo local recibe con desventaja a los valencianistas en la ida de los cuartos de final a puerta cerrada en su estadio de Saint Jakob, ante tan solo 75 personas entre ambos equipos, según la normativa de la UEFA, que ha castigado al Basilea por los incidentes en la eliminatoria de octavos de final contra el Salzburgo por “lanzamiento de bengalas y conducta impropia del equipo” en el choque de vuelta del pasado 20 de marzo.

El Valencia, que suspendió los viajes organizados a Suiza, ya se vio beneficiado en las dos rondas anteriores porque los rivales no pudieron jugar en su propio estadio. En dieciseisavos de final, el Dinamo de Kiev hubo de desplazarse a disputar el partido a Nicosia (Chipre), obligado por los graves estallidos sociales de esos días en Ucrania. Apenas había público. Semanas después, en la eliminatoria de octavos de final, el Valencia se midió en esa ocasión al Ludogorets, de la pequeña ciudad búlgara de Razgrad, conminado por la UEFA a celebrar sus encuentros en un estadio más grande, el Nacional de Sofía, a cuya ciudad viajaron los jugadores en autobús en un trayecto de cuatro horas y media, más largo que el chárter de los valencianistas desde Manises.

El Dinamo de Kiev y el Ludogorets no jugaron por distintos motivos en sus estadios

Tras su mal año en la Liga, el equipo de Juan Antonio Pizzi lo fía todo a la Liga Europa, única posibilidad, si la gana, de entrar en Europa la próxima temporada. Eso supone la vuelta a la titularidad del delantero Alcácer, el jugador más en forma del equipo.

Mientras, en el ámbito institucional, después de recibir el pasado martes siete ofertas de inversores que pretenden comprar el club, se va abriendo una brecha entre el presidente, Amadeo Salvo, que defiende a dos de las propuestas (el millonario de Singapur Peter Lim y el imperio inmobiliario chino Wanda) y las intenciones de la Generalitat y Bankia, más cercanos a otras opciones como Cerberus (grupo estadounidense de inversión donde trabaja el hijo de José María Aznar).

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