El viejo tópico del nuevo Pelé

“Halagos no merecidos son sátira en disfraz”. Alexander Pope, poeta inglés del siglo XVIII

Gracias a los filtros protectores que vienen ya incorporados en los sistemas de correo electrónico, uno recibe menos mensajes basura, o spam, que en épocas anteriores. Pero de vez en cuando uno se cuela y hay que estar atentos.

Las alarmas sonaron esta semana cuando entró en el buzón un correo de una persona desconocida titulado: “Neymar: The Making of the World’s Greatest Number 10”. Traducción: “Neymar: cómo se forjó el número 10 más grande del mundo”. Entró la duda. ¿Abrirlo o no abrirlo? ¿Qué peligros –qué caja de Pandora- podría haber aquí? ¿Sería una de esas invitaciones a invertir en empresas fantasma, quizá en este caso a comprar acciones en el joven jugador brasileño?

Pero la vida es corta y uno no debe actuar siempre en función de los miedos. Lo más probable, pensándolo mejor, era que se trataba de una broma. Y, efectivamente, al abrirlo resultó que sí lo era. O eso pareció, a primera vista.

El texto anunciaba un nuevo libro, “el primero en inglés que explora la vida y carrera meteórica de la nueva superestrella mundial del fútbol – Neymar da Silva Santos Junior”. Tenía su gracia, hay que reconocerlo. Pero no exactamente para soltar una carcajada. De todos modos, seguimos leyendo. Valió la pena, porque la broma mejoró.

El “libro”, decía el mensaje, pinta un retrato “de un nuevo icono del fútbol y uno de los goleadores más letales de la historia del deporte”. ¡Ja, ja! Estaba bueno eso. Pero había más. Neymar, seguía, ya había sido “aclamado como el nuevo Pelé”; su talento había “explotado jugando junto a Messi en el Barcelona”. ¡Ja, ja, ja! ¡Qué mala leche! Solo había una explicación: esto lo tenía que haber inventado un madridista.

Pero… ¿y si se llegara a difundir ampliamente? ¿Si llegase a todos los buzones del reino? Ufff, ¡el lío que se iba a armar! Los conspiranoicos del Camp Nou dirían que esto llegaba de la mano del propio Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, cuyo mordaz ingenio se delata en cada letra del malintencionado mensaje. O quizá los políticos, ávidos de motivos para ofenderse con el estado español, dirían se trataba de un ataque al pueblo catalán confeccionado por la persona que le escribe los discursos en inglés a Ana Botella.

Sí, sí. Claro. Neymar es brasileño, pero, para los que no se han enterado, mientras vista la camiseta del Barça será más catalán que Diego Costa español. Y como dicen en los pueblos revolucionarios, una injuria a uno es una injuria a todos.

Pasaron dos o tres días y no se armó ningún alboroto. Curioso. El correo fue de limitada difusión. Al volver a leerlo más detenidamente entró la duda. Ponían el precio del “libro” y un número de teléfono londinense para periódicos interesados en publicar extractos. ¿Podría esto ir en serio?

Solo había una solución. Recurrir a la página web de Amazon. Y, sí. Increíble pero cierto. Ahí estaba. En venta. “Reducido” ya, aunque no sale hasta el 3 de abril, a 7 libras 19 peniques: “Neymar: The Making of the World’s Greatest Number 10”.

¿Cómo explicarlo? Cabe la posibilidad, se supone, de que el libro sea una obra satírica sobre un jugador que le costó al Barcelona 100 millones de euros, más los millones que ha tenido que pagar a Hacienda y quién sabe cuántos más de sueldo, y ha marcado siete goles en lo que va de Liga. En tal caso, se entendería mejor aquello de que es un goleador “letal”: letal no para los rivales sino para su propio club. Otra posibilidad de generar risas, especialmente para Messi y sus demás compañeros de equipo, la ofrece aquello de que es el mejor número 10 del mundo.

Lo triste del asunto es que, vaya el libro en serio o en broma, publicarlo en este momento es de mal gusto. Es como si se hubiera escrito algo parecido sobre el pobre Robinho cuando llegó al Real Madrid desde Brasil en 2005 con la misma fama de ser el nuevo Pelé. Una crueldad. La pena para Neymar –y lo debe de pensar de vez en cuando– es que no se quedó en su tierra. Porque, diga lo que diga el libro, la lección que se extrae de su “carrera meteórica” es que una cosa es jugar contra Fluminense y Corinthians, y otra contra el Valladolid.