“No es justo decir que no somos favoritos”

La trastienda del circuito de Albert Park, en Melbourne, donde este domingo arranca de nuevo el Mundial de fórmula 1, parecía este jueves por la mañana el almacén de IKEA. Los toros mecánicos de los distintos equipos iban y venían, algunos cargados hasta arriba de cajas aún por desembalar, caso de Red Bull, y otros algo más ligeros. El trasiego era de aúpa en el paddock con tal de tenerlo todo listo en la medida de lo posible, ante el estreno más abierto que se recuerda en mucho tiempo. Si la mayoría de protagonistas coincide al señalar a Mercedes como principal candidato a llevarse la primera cita del calendario, nadie se atreve a predecir quién se llevará el gordo a final de curso. El potencial que Red Bull ha exhibido en los últimos años puede permitirle darle la vuelta a una situación que a priori se presenta muy delicada para la escudería del búfalo rojo, y nadie sabe a ciencia cierta la competitividad de Ferrari, que durante la pretemporada podría haberse guardado alguna carta.

Los resultados de los ensayos invernales han colgado a Mercedes y a sus clientes (Williams, McLaren y Force India) la etiqueta de favoritos. A la vez, parece que a aquellas estructuras que dependen del material (básicamente de la unidad de potencia) suministrado por Renault (Red Bull, Lotus, Caterham y Toro Rosso), tienen miedo que alguna pieza reviente a las primeras de cambio. En este sentido, se mantiene la tónica de los test: mucho trabajo y muy poco tiempo para hacerlo y comprobar si la dirección es la acertada.

Una buena forma de visualizar cómo está la cosa en cada garaje pasa por echarles un ojo a los coches que mañana comenzarán a rodar, y compararlos con los prototipos empleados en los últimos ensayos, hace dos semanas, en Bahréin. “El monoplaza será muy distinto del que vimos entonces porque durante el invierno hemos tenido muchos problemas y hemos dado muy pocas vueltas”, dijo Vettel. “Las cajas que habéis visto serían de comida porque el Ferrari será idéntico”, respondió Alonso, que pasa por ser uno de los corredores más celosos del paddock en aquello que se refiere a cualquier información relativa a su coche. “Tendremos un par de mejoras pero la base es la misma que la de Bahréin”, terció Hamilton.

Si normalmente cuesta mucho conseguir que los pilotos se mojen cuando llega el momento de apostar, la coyuntura actual y el mogollón de cambios en el reglamento que entran en escena aún les facilitan un poco más escabullirse. Sin embargo, a nadie le gusta que le descarten de entrada. “No es justo decir que no somos favoritos al título porque esto es muy largo. La pretemporada no ha sido ideal y no estamos en la mejor situación para afrontar esta carrera. Pero hace dos años, Fernando llegó aquí y se quedó a 1,5 segundos de la pole, y sin embargo más lento peleó hasta el último momento”, argumentó el tetracampeón alemán. “No tengo ni idea de por quién apostar, en estos momentos es muy difícil decir si somos competitivos o no en relación con los demás”, zanjó Alonso.