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El Betis es una calamidad

El conjunto andaluz no puede con un Rubin Kazan en inferioridad, que se aprovecha de la debilidad del colista de la Liga, completamente roto y al que le sobra Europa

Rafael Pineda
Dídac pelea un balón con Torbinski.
Dídac pelea un balón con Torbinski.Jorge Guerrero (AFP)

No hay forma de que el Betis vea la luz y sonría, ni siquiera frente a un rival en inferioridad numérica, que llegó al partido europeo en plena pretemporada y falto de rodaje. Un Rubin Kazan que jugó andando y se llevó un buen resultado del Benito Villamarín aprovechando la extrema debilidad del equipo andaluz. El Betis no disfrutó de Europa más que en una primera parte aceptable, donde ofreció algún que otro síntoma positivo. Luego fue todo un infierno. En un estadio casi vacío, divorciado de su gente, los de Calderón se movieron en el campo como un cadáver, sin alma, sin fe y casi sin actitud. Al colista de la Liga le sobra todo y no es capaz siquiera de ilusionarse con la posibilidad de un derbi europeo. Ni le sirve de consuelo que Lolo Reyes no cometiera penalti en la jugada del gol del conjunto ruso. Su falta de oficio en la jugada es la de todo el equipo andaluz, que vive en el desánimo más absoluto.

Fue una noche extraña en Heliópolis. Distinta y casi tétrica, porque al Betis ya no le queda ni su afición. Mientras el equipo de Calderón iniciaba su partido ante el Rubin, cientos de aficionados que no habían querido acudir al partido se manifestaban en las afueras del estadio, descontentos con la temporada que viene haciendo su equipo, inmerso, además, en una complicada tesitura institucional. Dentro, apenas 11.000 aficionados (el Betis tiene 34.000 abonados) asistían al encuentro, sin duda, la peor entrada de la historia del equipo bético en competición europea.

El Betis, no obstante, apeló al orgullo, con unos jugadores buscando la reivindicación en medio del zarandeo. Si en el Betis hay un jugador protestado por la grada es el lateral Dídac, que apenas ha ofrecido destellos de esa calidad que le llevó a ser fichado por el Milan. En el peor escenario que se recuerda para el zaguero, silbado por la grada desde que su nombre apareció en el luminoso, Dídac se hizo con un balón en el área a los tres minutos para batir a Ryzhikov. Un tanto tan inesperado que apenas fue celebrado por el zaguero. Mientras los aficionados béticos se frotaban los ojos, los jugadores de Calderón comprobaron el pésimo estado de forma de los futbolistas del Rubin, en plena pretemporada y sin la chispa necesaria para competir al máximo nivel.

BETIS, 1; RUBIN, 1

Betis: Adán; Juanfran, Perquis, N'Diaye, Didac; Lolo Reyes (Jorge , Salva Sevilla, Nosa (Nono, m. 66); Chuli (Rubén Castro, m. 52), Leo Baptistao y Cedric. No utilizados: Pedro; Amaya, Caro, Juan Carlos y Jorge Molina.

Rubin Kazan: Ryzhikov; Kuzmin, Sharonov, Burlak, Kislak; M'Vila, Kulik (Mullin, m. 66; Kverkvelia, m. 94)); Karadeniz, Eremenko, Torbinski; y Prudnikov. No utilizados: Arlauskis; César Navas, Mavinga, Getigezhev y Mukhametshin.

Goles: 1-0. M. 3. Didac. 1-1. M. 74. Eremenko, de penalti.

Árbitro: Serge Gumienny (Bel). Expulsó por doble amonestación a Prudnikov (m. 28). Amonestó a Nosa, Juanfran, Lolo Reyes, J. Molina, Perquis, Torbinski, M'Vila y Kuzmin.

Benito Villamarín. 11.825 espectadores.

Después de tres semanas en España, el conjunto ruso se entregó al Betis en un partido jugado a ritmo de partido de verano. A diferencia de lo que ocurre en la Liga, donde la ansiedad le corroe, el Betis jugó con cierto aplomo. La nerviosera habitual dio paso a un partido más que aceptable de los béticos, a los que sonrió la fortuna. Por ejemplo, en esta ocasión no fue un jugador bético el expulsado, sino el delantero Prudnikov, que en tres minutos vio dos amarillas para dejar a su equipo a los pies de los caballos. Más bien bajo el fútbol de Leo Baptistao, quien justificó, al fin, la millonaria inversión que ha hecho el Betis por su cesión en el pasado mercado invernal. El brasileño jugó de delantero centro, con libertad para arrancar desde atrás. Con esos factores, Leo exhibió su cambio de ritmo para desbordar, disparar y asistir. El Betis gozó de tres claras ocasiones de gol para encarrilar la eliminatoria a su favor. Entre el meta ruso y la falta de gol de Cedric se difuminaron las aspiraciones andaluzas.

El segundo tiempo sí dio paso al Betis mortecino de la Liga. Un equipo sin alma, incapaz de superar a un rival en inferioridad, y en donde Leo desapareció. Lento y previsible, el equipo andaluz se fue enredando en su propio laberinto hasta conceder un gol increíble, en un contragolpe del Rubin muy mal cortado por Reyes. No fue penalti, pero casi daba igual. El Betis hacía ya muchos minutos que estaba muerto.

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