“¡Es un gustazo ganar así!”

Corriendo por las galerías del Martín Carpena rumbo al vestuario, con la Copa entre los brazos y la red por la que entró su tiro de gloria colgada al cuello, Sergio Llull se encontró de sopetón a Alberto Herreros. Sudorosos, uno por el esfuerzo y el otro por la tensión, se fundieron en un efusivo abrazo envuelto por un grito de felicidad desgarrada: ¡vaaaaaaaaaamos! Desde anoche, el tiro de Llull en Málaga compite en la enciclopedia del club con aquel triple de Herreros en Vitoria que valió para los madridistas el título de Liga de 2005. “Salió cara. Ha entrado el tiro que tenía que entrar”, resumía el protagonista de la 24ª conquista copera del Madrid. “Nos lo hemos merecido. Hemos luchado mucho y estamos haciendo una temporada tan grande que hubiera sido injusto no llevarnos este trofeo. Es un gustazo ganar así, sobre todo contra el Barça y en una final. Ahora hay que dedicárselo a la afición que no ha hecho sentir como en casa y seguir así”.

La gloría condensada en un instante, en un tiro de gracia. La esencia apasionante del baloncesto. “Se juntan muchísimas sensaciones indescriptibles cuando ves que el balón entra. No había tenido mucha suerte con esos tiros en los finales de partido, pero nunca me escondo y hoy ha habido premio gordo”, proseguía en su relato el escolta mallorquín, refugiándose de los achuchones de sus compañeros en un rincón de la caseta. En otro rincón, el del parquet, canto bingo. Pareció triple pero fue de dos. Suficiente para que los blancos sellaran la victoria. “El Chacho me ha encontrado solísimo. Me ha visto por el rabillo del ojo. Se han ido dos a por él y he podido tirar cómodo. Ahí solo hay una opción que es levantarla. He tirado convencido de que entraba. El tramo final lo hemos jugado bastante mal, pero siempre tratas de estar tranquilo porque hasta el último segundo no está todo dicho. Cuando se han puesto por delante lo hemos visto un poco negro, pero este equipo tiene calidad y carácter”. “¡Llull, Llull, Llull, Llull….!”, le interrumpía en su relato Clifford Luyk imitando el grito de guerra con el que la afición madridista corea sus hazañas. “Estas antes les entraban a ellos”, soltó la leyenda blanca. El Madrid, que entre 1993 y 2012 se pasó 19 años sin levantar una Copa, ha logrado dos en las dos temporadas y media de Laso como entrenador. Las dos han llevado la firma de Llull. En 2012, tomó el Palau Sant Jordi de Barcelona con 23 puntos (5 de 7 triples) y cinco asistencias que le valieron el MVP y anoche en Málaga apuntilló el título con el tiro ganador (para un total de nueve puntos y seis asistencias). "Aquí tenéis al gran Llull", proclamó el presidente del Madrid, Florentino Pérez, en el vestuario. "Menos mal que ha entrado", le respondió el escolta menorquín con media sonrisa y gesto de alivio.

No había tenido mucha suerte con esos tiros de finales de partido, pero nunca me escondo y hoy ha habido premio gordo Sergi Llull

“Nadie esperaba menos de este partido”, contaba Mirotic a pie de pista, con el trofeo de MVP entre las manos. “Este equipo se lo ha creído desde el inicio de temporada y el trabajo duro te lleva a la victoria. Hemos demostrado que sabemos jugar estos finales apretados”. El montenegrino firmó 17 puntos, 11 rebotes y tres tapones para un 32 de valoración. “En este equipo todos somos mvps y hoy me ha tocado a mí. Lo importante es levantar la Copa”.

“Venía corriendo con Sada que me estaba presionando bastante y he pensado que Sergi [Llull] debía estar por allí. Cuando se la he dado sabía que la iba a meter seguro. Dicen que ganar tantos partidos no sirve de nada, pero ganar tanto te da la confianza para resolver en los momentos críticos”, apuntaba Sergio Rodríguez. “Ganar así es lo más bonito que te puede pasar”, decía Laso en la sala de prensa a la que llegó tras dejar caer su réplica del trofeo al suelo entre los abrazos. “Somos un poco frikis. En el vestuario ya estamos pensando en el partido del jueves. Es nuestra manera de ser”. “A veces preparas algo en el tiempo muerto y luego son los jugadores son los que generan algo que sale bien. Valoro mucho la iniciativa del jugador y El Chacho ha estado muy listo buscando a Llull. A mí los títulos no me marcan el camino. Por supuesto que queremos ganar, pero yo no me olvido del recorrido que lleva este equipo”, analizó el técnico vitoriano.

En el bando rival, Xavi Pascual resumía la decepción del vestuario azulgrana. “Se nos ha escapado de las manos”. “Aquí ganamos y perdemos todos. Navarro ha hecho todo lo que ha podido”, explicó el técnico del Barça defendiendo a su capitán que acabó la final con tres puntos y -1 de valoración. “La última acción es un error defensivo clarísimo nuestro. Pero el equipo es consciente de que el partido se ha escapado por los porcentajes en el tiro libre (11 de 18, 61%) y de tres (4 de 15, 27%). Estamos tristes, pero esta derrota no debería hacernos daño porque creemos en nuestras posibilidades”, cerró.

Mientras Florentino Pérez esquivaba periodistas en los pasillos, su homólogo Josep María Bartomeu se paraba analizar la derrota de su equipo. “Nos hemos visto ganadores”. “En la última milésima lo hemos perdido, pero hemos dado una imagen espectacular. Hablaban de que existía una gran diferencia entre los dos equipos y se ha demostrado que no es así. Tenemos un grandísimo nivel”. El presidente azulgrana se remitía al recuerdo de otro final de Copa para la historia, el del triple de Nacho Solozábal en diciembre de 1987 en Valladolid que dio el título al Barça. “Yo estaba allí y fue un alegrón. Hoy ha caído para ellos. El baloncesto es emoción y azar”, concluyó.