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La fe del Málaga fulmina al Sevilla

Duelo andaluz de contrastes: los hispalenses, cerca de Europa, se miden a los de Schuster, en el alambre desde hace tiempo

Rafael Pineda
Cheryshev pelea el balón con Pablo Pérez.
Cheryshev pelea el balón con Pablo Pérez.Jorge Zapata (EFE)

Vibró La Rosaleda con un triunfo espléndido, forjado en la lucha y la entrega sin límites de los jugadores de Schuster, favorecidos por las debilidades defensivas del Sevilla. Ganó el Málaga un partido muy disputado, vital para sus intereses, que demuestra que, con frecuencia, la necesidad se impone en el fútbol. El Sevilla comenzó dormido, reaccionó en la segunda mitad gracias a su pegada y se entregó cuando más fácil lo tenía.

Los de Emery jugaron a arreones y no fueron de verdad a por el triunfo. Con un poco más de fe, esa que le sobró al Málaga, les hubiera bastado para ganar en La Rosaleda. Se vieron superados por el ímpetu de jugadores como Duda, fantástico, o el empuje del debutante Amrabat. El Sevilla jamás dio sensación de ser un equipo que aspira a la cuarta plaza. Respira mucho el Málaga. También Schuster, que por momentos llegó a perder los nervios en la banda en un final tumultuoso que empañó la disputa del derbi regional. Al Sevilla de nada le valió jugar con cinco zagueros para defender, al final, de forma tan desordenada.

Las distancias se acortan mucho en el fútbol cuando dos equipos compiten con distinta intensidad. Al Sevilla se le presuponen, por el talento y la holgura de su plantilla, más prestaciones que al Málaga. Sin embargo, cualquier posibilidad de superioridad de los de Emery quedó fulminada de inicio por un elemento definitivo. Fue la vitalidad exultante del equipo de Schuster, que encaró el partido como si se tratase de una final, con la pierna dura y el colmillo afilado. Una agresividad bien entendida en Tissone y Camacho que paralizó las acciones de un Sevilla apático, sin nervio, lleno de dudas. Un Sevilla que Emery configuró con tres centrales y dos carrileros que, además, ni defendieron ni atacaron.

MÁLAGA; 3-SEVILLA; 2

Málaga: Caballero; Gámez, Sergio Sánchez, Flavio, Antunes; Camacho, Tissone (El Hamdaoui, m. 71); Amrabat, Duda, Eliseu (Samu, m. 64); y Juanmi (Pablo Pérez, m. 71) No utilizados: Kameni; Angeleri, Morales y Portillo.

Sevilla: Beto; Coke (Diogo, m. 46), Fazio, Pareja, Fernando Navarro, Alberto; Vitolo (Cheryshev, 74) Iborra, Rakitic, Reyes (Gameiro, m. 46); y Bacca. No utilizados: Varas; Luismi, Trochowski y Cristóforo.

Goles: 1-0. M. 30. Duda, de penalti. 1-1. M. 48. Bacca. 1-2. M. 66. Fazio. 2-2. M. 77. Samu. 3-2. M. 82. Duda.

Árbitro: González González. Amonestó a Coke, Alberto Moreno, Vitolo, Antunes, Eliseu, Iborra, Bacca y Duda.

La Rosaleda. Unos 25.000 espectadores.

Dominador de cada balón dividido y mucho más vivo, el Málaga se merendó a un Sevilla incapaz con un inicio arrollador y una primera parte en la que los hispalenses no olieron el balón. Rakitic y Reyes se vieron superados por el ímpetu de los locales, a los que, no obstante, le cuesta un mundo hacer gol. Por eso el Málaga contó con la colaboración de Coke, quien cayó dos veces en un minuto en un error imperdonable para un zaguero. Se dejó coger la espalda con facilidad para cometer un penalti bastante ingenuo. Marcó Duda para poner por delante de forma merecida a su equipo.

Reaccionó Emery con dos cambios y el Sevilla, en dos zarpazos, se puso por delante. Irrumpió entonces la fe del Málaga, con Duda imponente y el banquillo aportando, como demostró el golazo de Samu. El Sevilla, en mala racha, quedó hecho trizas. Su figura se descompuso debido a sus errores en defensa y los bandazos de su entrenador. El equipo sevillista se descuelga de la pelea por los puestos europeos cuando más intenso parecía. Las paradojas de un equipo que no acaba de despegar.

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