Olympiacos aplasta a Unicaja

No se lo creyó nunca Unicaja. Ganar en el feudo del campeón de la Euroliga en las dos últimas ediciones, Olympiacos, supone un esfuerzo imponente, alcanzar un alto nivel en ataque y defensa y, lo más importante, jugar con la convicción de equipo grande, capaz de alcanzar el triunfo en cualquier escenario. Unicaja, que ha perdido en sus ocho visitas al Palacio de la Paz y la Amistad, fue de más a menos, perdiendo vida a lo largo del encuentro. No fue necesaria la mejor versión de los griegos, a los que le bastaron con apretar en defensa en la segunda mitad para anular a un rival que se desplomó de forma inesperada.

Olympiacos no necesitó los puntos de elementos decisivos como Spanoulis, que anotó por primera vez a tres minutos del final del tercer cuarto. Precisamente fue ese cuarto donde Unicaja se desinfló. Apuró hasta el final sus posesiones sin claridad en el juego de ataque, mostrando, al mismo tiempo, una debilidad en defensa inesperada. Durante los dos primeros cuartos el cuadro andaluz sí mantuvo la tensión defensiva necesaria para ponerle las cosas difíciles a Olympiacos. El colapso de Unicaja fue absoluto en ese tercer cuarto, en especial en ataque. Olympiacos lo superó por inercia, paso a paso, sin desmelenarse, con unos porcentajes en realidad bajos para un equipo de su enorme calidad. Unicaja fue bajando su anotación a medida que pasaban los minutos. Con esa endeble aportación en ataque resulta imposible cuestionar al ganador de las dos últimas Euroligas. Tras resistir los dos primeros cuartos, el desplome de Unicaja fue inesperado, horrendo en ataque, sumando una pérdida de balón tras otra, ofreciendo.

Olympiacos derrotó a los andaluces por dos veces en la primera fase de la competición. Volvió a hacerlo en este top 16. Sin duda, al equipo de Plaza le pesó el desgaste de los últimos duelos ante contrincantes de la entidad de Madrid y Barcelona. Enfrentarse ahora con Olympiacos exige mucho y quizás Unicaja necesite algo de reposo para afrontar batallas de tanto calibre de forma tan continuada. El equipo andaluz no tuvo frescura ni fluidez.

No obstante, Unicaja mostró excelentes señales en el inicio del encuentro. Se movió con rapidez, defendió bastante bien y encontró con cierta facilidad el aro griego. Fueron los mejores momentos de los andaluces, muy bien dinamizados por el juego de Caner-Medley, poderoso en el rebote defensivo y con acierto en el juego ofensivo.

Unicaja peleó bien, hasta el punto de que se marchó en el marcador y logró una ventaja de cinco puntos (8-13) con cierta facilidad. Fue una ventaja auspiciada por un par de robos de balón que dibujaron un escenario apropiado para Unicaja. Un equipo dinámico, con ganas de dar un golpe encima de la mesa. Las intenciones de los de Plaza apenas se mantuvieron en un segundo cuarto donde los griegos, sin hacer nada del otro mundo, empezaron a tomar el mando. El mal partido de Unicaja comenzó a vislumbrarse. Poco a poco, Olympiacos se fue haciendo con el choque. Sus primeras ventajas en el marcador rondaron los cinco puntos a su favor hasta el descanso. Printezis fue el elemento más destacado de su equipo mientras que a Unicaja no le salía absolutamente nada. Tampoco hubo reacción en el banquillo, donde Plaza no supo cortar en ningún momento la hemorragia. Unicaja se queda con dos victorias, mientras que Olympiacos logra la tercera en este top 16. Ambos llegaron empatados a este encuentro.